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SALMOS 92 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Bueno es alabarte, oh Jehová, Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;

2 Anunciar por la mañana tu misericordia, Y tu fidelidad cada noche,

3 En el decacordio y en el salterio, En tono suave con el arpa.

4 Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos me gozo.

5 ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.

6 El hombre necio no sabe, Y el insensato no entiende esto.

7 Cuando brotan los impíos como la hierba, Y florecen todos los que hacen iniquidad, Es para ser destruidos eternamente.

8 Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo.

9 Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová, Porque he aquí, perecerán tus enemigos; Serán esparcidos todos los que hacen maldad.

10 Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco.

11 Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos; Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.

12 El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.

13 Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.

14 Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes,

15 Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia.

  X


1 ¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre;

2 proclamar tu gran amor por la mañana, y tu fidelidad por la noche,

3 al son del decacordio y de la lira; al son del arpa y del salterio!

4 Tú, Señor, me llenas de alegría con tus maravillas; por eso alabaré jubiloso las obras de tus manos.

5 Oh Señor, ¡cuán imponentes son tus obras, y cuán profundos tus pensamientos!

6 Los insensatos no lo saben, los necios no lo entienden:

7 aunque broten como hierba los impíos, y florezcan todos los malhechores,

8     Solo tú, Señor, serás exaltado para siempre.

9 Ciertamente tus enemigos, Señor, ciertamente tus enemigos perecerán;

10 Me has dado las fuerzas de un toro; me has ungido con el mejor perfume.

11 Me has hecho ver la caída de mis adversarios y oír la derrota de mis malvados enemigos.

12 Como palmeras florecen los justos; como cedros del Líbano crecen.

13 Plantados en la casa del Señor, florecen en los atrios de nuestro Dios.

14 Aun en su vejez, darán fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos,

15 para proclamar: «El Señor es justo; él es mi Roca, y en él no hay injusticia».