“ Y él fue quien derribó al egipcio, un hombre de tamaño extraordinario, de cinco codos. Y en la mano del egipcio había una lanza como el enjulio de los obreros del telar; no obstante, él procedió a bajar a este con una vara y arrebató la lanza de la mano del egipcio y lo mató con su propia lanza.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)