“ Más tarde Saúl dijo: “Bajemos de noche tras los filisteos y saqueémoslos hasta que raye el alba, y no dejemos ni uno solo entre ellos”. A lo cual ellos dijeron: “Cualquier cosa que sea buena a tus ojos, hazla”. Entonces dijo el sacerdote: “Acerquémonos aquí al Dios [verdadero]”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)