“ Y aconteció que cuando él le habló, [el rey] inmediatamente le dijo: “¿Fue consejero del rey lo que te constituimos? Cesa por tu propio bien. ¿Por qué habrían de derribarte?”. Por consiguiente, el profeta cesó, pero dijo: “Ciertamente sé que Dios se ha resuelto a arruinarte, porque has hecho esto y no has escuchado mi consejo”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)