“ Y Absalón se levantaba temprano y se paraba al lado del camino [que conducía] a la puerta. Y acontecía que, cuando cualquier hombre tenía una causa judicial por la cual hubiera de ir al rey a juicio, entonces Absalón lo llamaba y decía: “¿De qué ciudad eres tú?”, y él decía: “De una de las tribus de Israel es tu siervo”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)