“ Él fue quien se levantó y siguió derribando a los filisteos hasta que se le cansó la mano, y su mano se quedó adherida a la espada, de modo que Jehová ejecutó una gran salvación en aquel día; y en cuanto a la gente, volvió detrás de él solo para despojar [a los derribados].
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)