“ Sin embargo, el rey dijo a Arauna: “No, sino que sin falta te la compraré por precio; y no ofreceré a Jehová mi Dios sacrificios quemados sin costo”. Por consiguiente, David compró la era y el ganado vacuno por cincuenta siclos de plata.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)