“ Y la casa de Jacob tendrá que llegar a ser un fuego, y la casa de José una llama, y la casa de Esaú como rastrojo; y tendrán que encenderlos y devorarlos. Y no resultará haber sobreviviente de la casa de Esaú; porque Jehová mismo [lo] ha hablado.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)