“ niños en los cuales no hubiera ningún defecto, sino que fueran buenos de apariencia y tuvieran perspicacia en toda sabiduría y estuvieran familiarizados con el conocimiento, y tuvieran discernimiento de lo que se sabe, en los cuales también hubiera facultad de estar de pie en el palacio del rey; y les enseñara la escritura y la lengua de los caldeos.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)