“ puesto que un espíritu extraordinario y conocimiento y perspicacia para interpretar sueños y la explicación de enigmas y el desatar nudos se habían hallado en él, en Daniel, a quien el rey mismo dio el nombre de Beltsasar. Ahora que se llame a Daniel mismo, para que muestre la interpretación misma”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)