“ Y pasó a decir: “Si escuchas estrictamente la voz de Jehová tu Dios y haces lo que es recto a sus ojos y verdaderamente prestas oído a sus mandamientos y guardas todas sus disposiciones reglamentarias, no pondré sobre ti ninguna de las dolencias que puse sobre los egipcios; porque yo soy Jehová, quien te sana”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)