“ En cuanto a cualquier caso de transgresión, respecto a un toro, un asno, una oveja, una prenda de vestir, cualquier cosa perdida de la cual él diga: ‘¡Esta es!’, la causa de ambos ha de venir al Dios [verdadero]. Aquel a quien Dios declare inicuo ha de dar compensación doble a su prójimo.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)