EXODO 32:18 Contexto

Después de eso, Moisés se volvió y bajó de la montaña con las dos tablas del Testimonio en la mano, tablas sobre las cuales estaba escrito por ambos lados. Por este lado y por el otro estaban escritas. Y las tablas eran la obra de Dios, y la escritura era la escritura de Dios grabada sobre las tablas. Y Josué empezó a oír el ruido del pueblo a causa de su gritería, y procedió a decir a Moisés: “Hay ruido de batalla en el campamento”. Pero él dijo: “No es el sonido del canto por poderosa hazaña, y no es el sonido del canto de derrota; es el sonido de otro canto el que estoy oyendo”. Aconteció, pues, que tan pronto como Moisés se acercó al campamento y pudo ver el becerro y las danzas, empezó a encenderse su cólera, y al instante arrojó de sus manos las tablas y las hizo añicos al pie de la montaña. Entonces tomó el becerro que habían hecho y lo quemó con fuego y lo trituró hasta que quedó fino, después de lo cual lo esparció sobre la superficie de las aguas, e hizo que lo bebieran los hijos de Israel. Después de eso Moisés dijo a Aarón: “¿Qué te hizo este pueblo para que hayas traído sobre él un pecado grande?”.

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