“ Ahora bien, aconteció que cuando Moisés bajó del monte Sinaí las dos tablas del Testimonio estaban en la mano de Moisés cuando bajó de la montaña, y Moisés no sabía que la tez de su rostro emitía rayos a causa de haber hablado con él.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)