“ Y él procedió a decir al hombre que estaba vestido del lino, hasta a decirle: “Entra entre el rodaje, debajo de los querubines, y llena los huecos de tus dos manos con brasas de fuego de entre los querubines, y arrója[las] sobre la ciudad”. De manera que él entró delante de mis ojos.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)