“ Y él procedió a decirme: “Hijo del hombre, sírvete levantar los ojos en dirección al norte”. Por lo tanto, levanté los ojos en dirección al norte, y, ¡mire!, al norte de la puerta del altar estaba aquel símbolo de celos en el paso de entrada.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)