HECHOS 18:7 Contexto

Sin embargo, todos los sábados pronunciaba un discurso en la sinagoga y persuadía a judíos y a griegos. Pues bien, cuando Silas y también Timoteo hubieron bajado de Macedonia, Pablo empezó a estar intensamente ocupado con la palabra, dando testimonio a los judíos para probar que Jesús es el Cristo. Pero como ellos siguieron oponiéndose y hablando injuriosamente, sacudió sus prendas de vestir y les dijo: “Esté la sangre de ustedes sobre sus propias cabezas. Yo estoy limpio. Desde ahora me iré a gente de las naciones”. Por consiguiente, se transfirió de allí y entró en la casa de uno de nombre Ticio Justo, adorador de Dios, cuya casa estaba contigua a la sinagoga. Pero Crispo, el presidente de la sinagoga, se hizo creyente en el Señor, y también toda su casa. Y muchos de los corintios que oyeron empezaron a creer y a bautizarse. Además, de noche el Señor dijo a Pablo mediante una visión: “No temas, sino sigue hablando y no calles, porque yo estoy contigo y nadie te asaltará para hacerte daño; porque tengo mucha gente en esta ciudad”.

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