“ Y ocurría que, cuando los días de banquetear habían hecho el circuito completo, Job enviaba y los santificaba; y se levantaba muy de mañana y ofrecía sacrificios quemados conforme al número de todos ellos; porque, decía Job, “quizás mis hijos hayan pecado y hayan maldecido a Dios en su corazón”. Así hacía Job siempre.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)