“ Porque los hijos de Israel habían andado cuarenta años en el desierto, hasta que se hubo acabado toda la nación de los hombres de guerra que habían salido de Egipto [y] que no habían escuchado la voz de Jehová, a quienes Jehová juró que nunca les dejaría ver la tierra que Jehová había jurado a sus antepasados darnos, una tierra que mana leche y miel.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)