“ Y los trescientos continuaron tocando los cuernos, y Jehová procedió a poner la espada de cada uno contra el otro en todo el campamento; y el campamento siguió huyendo hasta Bet-sitá, adelante a Zererá, hasta las afueras de Abel-meholá, junto a Tabat.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)