“ Con eso, él fue a los hombres de Sucot y dijo: “Aquí están Zébah y Zalmuná, respecto de quienes ustedes me escarnecieron, diciendo: ‘¿Están ya en tu mano las palmas de las manos de Zébah y Zalmuná, para que se tenga que dar pan a tus hombres cansados?’”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)