“ ”’Y en cuanto al sumo sacerdote de sus hermanos, sobre cuya cabeza hubiera de derramarse el aceite de la unción y cuya mano fuera llenada de poder para vestir las prendas de vestir, no debe dejar desaseada su cabeza, y no debe rasgar sus prendas de vestir.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)