“ Y el fuego [que arde] sobre el altar se mantendrá ardiendo sobre él. No debe apagarse. Y el sacerdote tiene que quemar leña sobre él mañana a mañana y poner en orden encima de él la ofrenda quemada, y tiene que hacer humear encima de él los trozos grasos de los sacrificios de comunión.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)