NUMEROS 12:10 Contexto

¡No así con mi siervo Moisés! Tiene confiada a él toda mi casa. Boca a boca le hablo, y así le muestro, y no por enigmas; y la apariencia de Jehová es lo que él contempla. ¿Por qué, pues, no temieron hablar contra mi siervo, contra Moisés?”. Y la cólera de Jehová se enardeció contra ellos, y él procedió a irse. Y la nube se apartó de sobre la tienda, y, ¡mire!, Míriam estaba herida de lepra tan blanca como la nieve. Entonces Aarón se volvió hacia Míriam, y, ¡mire!, estaba herida de lepra. Al instante Aarón dijo a Moisés: “¡Dispénsame, señor mío! ¡Por favor, no nos atribuyas el pecado en que hemos obrado tontamente y que hemos cometido! ¡Por favor, no la dejes continuar como alguien [que está] muerto, cuya carne al tiempo de salir de la matriz de su madre se halla medio consumida!”. Y Moisés se puso a clamar a Jehová, y a decir: “¡Oh Dios, por favor! ¡Sánala, por favor!”.

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