NUMEROS 22:34 Contexto

Y Jehová procedió a destaparle los ojos a Balaam, de modo que vio al ángel de Jehová apostado en el camino con su espada desenvainada en la mano. En seguida él se inclinó y se postró sobre su rostro. Entonces el ángel de Jehová le dijo: “¿Por qué has golpeado a tu asna estas tres veces? ¡Mira! Yo... yo he salido para oponer resistencia, porque tu camino ha sido temerario contra mi voluntad. Y el asna llegó a verme y trató de desviarse de delante de mí estas tres veces. ¡Supónte que no se hubiera desviado de delante de mí! Pues para ahora a ti mismo te hubiera matado, pero a ella la habría conservado viva”. Ante esto, Balaam dijo al ángel de Jehová: “He pecado, porque no sabía que estabas apostado en el camino para encontrarte conmigo. Y ahora, si es malo a tus ojos, déjame volver por mi camino”. Pero el ángel de Jehová dijo a Balaam: “Ve con los hombres; y nada salvo la palabra que yo te hable es lo que podrás hablar”. Y Balaam continuó yendo con los príncipes de Balac. Cuando Balac llegó a oír que Balaam había venido, en seguida salió a su encuentro a la ciudad de Moab, que está en la margen del Arnón, que se halla en la extremidad del territorio. Entonces Balac dijo a Balaam: “¿No es un hecho, positivamente, que yo he enviado a llamarte? ¿Por qué no viniste a mí? ¿No puedo yo real y verdaderamente honrarte?”.

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