1 “Vuelve, sí, oh Israel, a Jehová tu Dios, porque has tropezado en tu error.
2 Tomen con ustedes palabras y vuelvan a Jehová. Díganle todos: ‘Dígnate perdonar el error; y acepta lo que es bueno, y ciertamente ofreceremos en cambio los toros jóvenes de nuestros labios.
3 Asiria misma no nos salvará. Sobre caballos no montaremos. Y ya no diremos más: “¡Oh Dios nuestro!”, a la obra de nuestras manos, porque es por ti por quien a un huérfano de padre se muestra misericordia’.
4 ”Sanaré la infidelidad de ellos. Los amaré de [mi] propio albedrío, porque mi cólera se ha vuelto de él.
5 Llegaré a ser como el rocío a Israel. Florecerá como el lirio, y echará sus raíces como el Líbano.
6 Sus ramitas saldrán, y su dignidad llegará a ser como la del olivo, y su fragancia será como la del Líbano.
7 Volverán a ser moradores en su sombra. Cultivarán grano, y echarán brotes como la vid. Su memoria será como el vino del Líbano.
8 ”Efraín [dirá]: ‘¿Qué tengo que ver ya con los ídolos?’. ”Yo mismo ciertamente daré una respuesta y seguiré mirándolo. Soy como un enebro frondoso. De mí tiene que hallarse fruto para ti.”
9 ¿Quién es sabio, para que entienda estas cosas? ¿Discreto, para que las sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos son los que andarán en ellos; pero los transgresores son los que tropezarán en ellos.