1 La sabiduría verdadera ha edificado su casa; ha labrado sus siete columnas.
2 Ha organizado su degollación de carne; ha mezclado su vino; más que eso, ha dispuesto su mesa.
3 Ha enviado a sus criadas de compañía, para que ella pueda clamar en la cima de las alturas del pueblo:
4 “Cualquiera que sea inexperto, diríjase acá”. A cualquiera falto de corazón... ella ha dicho:
5 “Vengan, aliméntense de mi pan y participen en beber el vino que he mezclado.
6 Dejen a los inexpertos y sigan viviendo, y anden directamente en el camino del entendimiento”.
7 El que está corrigiendo al burlador está tomando para sí deshonra, y el que está dando una censura a alguien inicuo... ¡defecto en él!
8 No censures a un burlador, para que no te odie. Da una censura a un sabio, y te amará.
9 Da a un sabio, y se hará aún más sabio. Imparte conocimiento a alguien justo, y aumentará en saber.
10 El temor de Jehová es el comienzo de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es lo que el entendimiento es.
11 Porque por mí tus días llegarán a ser muchos, y se te añadirán años de vida.
12 Si te has hecho sabio, te has hecho sabio a favor de ti mismo; y si te has burlado, [lo] soportarás, tú solo.
13 Una mujer de estupidez es alborotadora. Es la simplicidad misma, y no ha llegado a saber nada en absoluto.
14 Y se ha sentado a la entrada de su casa, sobre un asiento, [en] los lugares altos del pueblo,
15 para llamar a los que van pasando por el camino, a los que están yendo directamente adelante por sus sendas:
16 “Cualquiera que sea inexperto, diríjase acá”. Y a cualquiera falto de corazón... también le ha dicho:
17 “Las aguas hurtadas mismas son dulces, y el pan [que se come] en secreto... es agradable”.
18 Pero él no ha llegado a saber que allí se hallan los que están impotentes en la muerte, que los llamados adentro por ella están en los lugares bajos del Seol.