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La Palabra de Dios preservada y viva

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1 CORINTIOS 15 Paralela rv60
y tnm

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;

2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.

3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;

4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;

5 y que apareció a Cefas, y después a los doce.

6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.

7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;

8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.

9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.

10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.

11 Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.

12 Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?

13 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.

14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.

15 Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.

16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;

17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.

18 Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.

19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.

20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.

22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.

25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.

26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.

27 Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.

28 Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

29 De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?

30 ¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?

31 Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero.

32 Si como hombre batallé en Efeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.

33 No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.

34 Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.

35 Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?

36 Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes.

37 Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano;

38 pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.

39 No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves.

40 Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.

41 Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.

42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.

43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.

44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.

51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,

52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

  X


1 Ahora les doy a conocer, hermanos, las buenas nuevas que les declaré, las cuales también recibieron, en las cuales también están firmes,

2 mediante las cuales también están siendo salvados, con el habla con que les declaré las buenas nuevas, si las tienen firmemente asidas, a no ser, de hecho, que se hayan hecho creyentes en balde.

3 Porque les transmití, entre las primeras cosas, lo que yo también recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras;

4 y que fue enterrado, sí, que ha sido levantado al tercer día según las Escrituras;

5 y que se apareció a Cefas, entonces a los doce.

6 Después de eso se apareció a más de quinientos hermanos de una vez, de los cuales la mayoría permanece hasta ahora, pero algunos se han dormido [en la muerte].

7 Después de eso se apareció a Santiago, luego a todos los apóstoles;

8 pero último de todos también se me apareció a mí como si fuera a uno nacido prematuramente.

9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la congregación de Dios.

10 Mas por la bondad inmerecida de Dios soy lo que soy. Y su bondad inmerecida que fue para conmigo no resultó ser en vano, sino que trabajé laboriosamente mucho más que todos ellos, pero no yo, sino la bondad inmerecida de Dios que está conmigo.

11 Sin embargo, sea yo o sean ellos, así estamos predicando y así han creído ustedes.

12 Ahora bien, si de Cristo se está predicando que él ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos entre ustedes que no hay resurrección de los muertos?

13 Realmente, si no hay resurrección de los muertos, tampoco ha sido levantado Cristo.

14 Pero si Cristo no ha sido levantado, nuestra predicación ciertamente es en vano, y nuestra fe es en vano.

15 Además, también se nos halla falsos testigos de Dios, porque hemos dado testimonio contra Dios de que él levantó al Cristo, pero a quien no levantó si los muertos verdaderamente no han de ser levantados.

16 Porque si los muertos no han de ser levantados, tampoco ha sido levantado Cristo.

17 Además, si Cristo no ha sido levantado, la fe de ustedes es inútil; todavía están en sus pecados.

18 De hecho, también, los que se durmieron [en la muerte] en unión con Cristo perecieron.

19 Si solo en esta vida hemos esperado en Cristo, de todos los hombres somos los más dignos de lástima.

20 Sin embargo, ahora Cristo ha sido levantado de entre los muertos, las primicias de los que se han dormido [en la muerte].

21 Pues, dado que la muerte es mediante un hombre, la resurrección de los muertos también es mediante un hombre.

22 Porque así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados.

23 Pero cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia.

24 En seguida, el fin, cuando él entrega el reino a su Dios y Padre, cuando haya reducido a nada todo gobierno y toda autoridad y poder.

25 Porque él tiene que reinar hasta que [Dios] haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies.

26 Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada.

27 Porque [Dios] “sujetó todas las cosas debajo de sus pies”. Mas cuando dice que ‘todas las cosas han sido sujetadas’, es evidente que esto es con la excepción de aquel que le sujetó todas las cosas.

28 Pero cuando todas las cosas le hayan sido sujetadas, entonces el Hijo mismo también se sujetará a Aquel que le sujetó todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas para con todos.

29 De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan con el propósito de [ser] personas muertas? Si los que han muerto no han de ser levantados en manera alguna, ¿por qué se bautizan ellos también con el propósito de [contarse entre los] tales?

30 ¿Por qué también estamos nosotros en peligro cada hora?

31 Diariamente me enfrento con la muerte. Esto lo afirmo por el alborozo que por causa de ustedes, hermanos, tengo en Cristo Jesús nuestro Señor.

32 Si yo, lo mismo que los hombres, he peleado con bestias salvajes en Éfeso, ¿de qué me sirve? Si los muertos no han de ser levantados, “comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir”.

33 No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles.

34 Despierten de manera justa al estado sobrio y no practiquen el pecado, porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Hablo para hacer que sientan vergüenza.

35 No obstante, alguien dirá: “¿Cómo han de ser levantados los muertos? Sí, ¿con qué clase de cuerpo vienen?”.

36 ¡Persona irrazonable! Lo que siembras no es vivificado a menos que primero muera;

37 y en cuanto a lo que siembras, no siembras el cuerpo que se desarrollará, sino un grano desnudo, sea de trigo o cualquiera de los demás;

38 pero Dios le da un cuerpo así como le ha agradado, y a cada una de las semillas su propio cuerpo.

39 No toda carne es la misma carne, sino que hay una de la humanidad, y hay otra carne del ganado, y otra carne de las aves, y otra de los peces.

40 Y hay cuerpos celestes, y cuerpos terrestres; mas la gloria de los cuerpos celestes es de una clase, y la de los cuerpos terrestres es de una clase diferente.

41 La gloria del sol es de una clase, y la gloria de la luna es otra, y la gloria de las estrellas es otra; de hecho, estrella difiere de estrella en gloria.

42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levanta en incorrupción.

43 Se siembra en deshonra, se levanta en gloria. Se siembra en debilidad, se levanta en poder.

44 Se siembra cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual. Si hay cuerpo físico, también lo hay espiritual.

45 Así también está escrito: “El primer hombre, Adán, llegó a ser alma viviente”. El último Adán llegó a ser un espíritu dador de vida.

46 No obstante, no es primero lo que es espiritual, sino lo que es físico, después lo que es espiritual.

47 El primer hombre procede de la tierra y es hecho de polvo; el segundo hombre procede del cielo.

48 Tal como el que fue hecho de polvo [es], así aquellos hechos de polvo [son] también; y tal como el celestial [es], así los que son celestiales [son] también.

49 Y así como hemos llevado la imagen de aquel hecho de polvo, llevaremos también la imagen del celestial.

50 Sin embargo, esto digo, hermanos: que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción hereda la incorrupción.

51 ¡Miren! Les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos [en la muerte], pero todos seremos cambiados,

52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán levantados incorruptibles, y nosotros seremos cambiados.

53 Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad.

54 Pero cuando [esto que es corruptible se vista de incorrupción y] esto que es mortal se vista de inmortalidad, entonces se efectuará el dicho que está escrito: “La muerte es tragada para siempre”.

55 “Muerte, ¿dónde está tu victoria? Muerte, ¿dónde está tu aguijón?.”

56 El aguijón que produce muerte es el pecado, mas el poder para el pecado es la Ley.

57 ¡Pero gracias a Dios, porque él nos da la victoria mediante nuestro Señor Jesucristo!

58 Por consiguiente, amados hermanos míos, háganse constantes, inmovibles, siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su labor no es en vano en lo relacionado con [el] Señor.