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1 SAMUEL 23 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Dieron aviso a David, diciendo: He aquí que los filisteos combaten a Keila, y roban las eras.

2 Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Iré a atacar a estos filisteos? Y Jehová respondió a David: Ve, ataca a los filisteos, y libra a Keila.

3 Pero los que estaban con David le dijeron: He aquí que nosotros aquí en Judá estamos con miedo; ¿cuánto más si fuéremos a Keila contra el ejército de los filisteos?

4 Entonces David volvió a consultar a Jehová. Y Jehová le respondió y dijo: Levántate, desciende a Keila, pues yo entregaré en tus manos a los filisteos.

5 Fue, pues, David con sus hombres a Keila, y peleó contra los filisteos, se llevó sus ganados, y les causó una gran derrota; y libró David a los de Keila.

6 Y aconteció que cuando Abiatar hijo de Ahimelec huyó siguiendo a David a Keila, descendió con el efod en su mano.

7 Y fue dado aviso a Saúl que David había venido a Keila. Entonces dijo Saúl: Dios lo ha entregado en mi mano, pues se ha encerrado entrando en ciudad con puertas y cerraduras.

8 Y convocó Saúl a todo el pueblo a la batalla para descender a Keila, y poner sitio a David y a sus hombres.

9 Mas entendiendo David que Saúl ideaba el mal contra él, dijo a Abiatar sacerdote: Trae el efod.

10 Y dijo David: Jehová Dios de Israel, tu siervo tiene entendido que Saúl trata de venir contra Keila, a destruir la ciudad por causa mía.

11 ¿Me entregarán los vecinos de Keila en sus manos? ¿Descenderá Saúl, como ha oído tu siervo? Jehová Dios de Israel, te ruego que lo declares a tu siervo. Y Jehová dijo: Sí, descenderá.

12 Dijo luego David: ¿Me entregarán los vecinos de Keila a mí y a mis hombres en manos de Saúl? Y Jehová respondió: Os entregarán.

13 David entonces se levantó con sus hombres, que eran como seiscientos, y salieron de Keila, y anduvieron de un lugar a otro. Y vino a Saúl la nueva de que David se había escapado de Keila, y desistió de salir.

14 Y David se quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos.

15 Viendo, pues, David que Saúl había salido en busca de su vida, se estuvo en Hores, en el desierto de Zif.

16 Entonces se levantó Jonatán hijo de Saúl y vino a David a Hores, y fortaleció su mano en Dios.

17 Y le dijo: No temas, pues no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti; y aun Saúl mi padre así lo sabe.

18 Y ambos hicieron pacto delante de Jehová; y David se quedó en Hores, y Jonatán se volvió a su casa.

19 Después subieron los de Zif para decirle a Saúl en Gabaa: ¿No está David escondido en nuestra tierra en las peñas de Hores, en el collado de Haquila, que está al sur del desierto?

20 Por tanto, rey, desciende pronto ahora, conforme a tu deseo, y nosotros lo entregaremos en la mano del rey.

21 Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis tenido compasión de mí.

22 Id, pues, ahora, aseguraos más, conoced y ved el lugar de su escondite, y quién lo haya visto allí; porque se me ha dicho que él es astuto en gran manera.

23 Observad, pues, e informaos de todos los escondrijos donde se oculta, y volved a mí con información segura, y yo iré con vosotros; y si él estuviere en la tierra, yo le buscaré entre todos los millares de Judá.

24 Y ellos se levantaron, y se fueron a Zif delante de Saúl. Pero David y su gente estaban en el desierto de Maón, en el Arabá al sur del desierto.

25 Y se fue Saúl con su gente a buscarlo; pero fue dado aviso a David, y descendió a la peña, y se quedó en el desierto de Maón. Cuando Saúl oyó esto, siguió a David al desierto de Maón.

26 Y Saúl iba por un lado del monte, y David con sus hombres por el otro lado del monte, y se daba prisa David para escapar de Saúl; mas Saúl y sus hombres habían encerrado a David y a su gente para capturarlos.

27 Entonces vino un mensajero a Saúl, diciendo: Ven luego, porque los filisteos han hecho una irrupción en el país.

28 Volvió, por tanto, Saúl de perseguir a David, y partió contra los filisteos. Por esta causa pusieron a aquel lugar por nombre Sela-hama-lecot.

29 Entonces David subió de allí y habitó en los lugares fuertes de En-gadi.

  X


1 Con el tiempo vinieron a informar a David, y dijeron: “Mira que los filisteos están guerreando contra Queilá, y están saqueando las eras”.

2 Y David procedió a inquirir de Jehová, diciendo: “¿Iré, y tengo que derribar a estos filisteos?”. A su vez Jehová dijo a David: “Ve, y tienes que derribar a los filisteos y salvar a Queilá”.

3 Ante esto, los hombres de David le dijeron: “¡Mira! Tenemos miedo al estar aquí en Judá, ¡y cuánto más en caso de que fuéramos a Queilá contra las líneas de batalla de los filisteos!”.

4 Así que David volvió a inquirir de Jehová. Jehová ahora le contestó y dijo: “Levántate, desciende a Queilá, porque voy a dar a los filisteos en tu mano”.

5 Por consiguiente, David fue con sus hombres a Queilá y peleó contra los filisteos, y se fue llevando su ganado, pero a ellos los derribó con una gran matanza; y David llegó a ser el salvador de los habitantes de Queilá.

6 Ahora bien, aconteció que cuando Abiatar hijo de Ahimélec huyó a donde David, a Queilá, había un efod que bajó en su mano.

7 Con el tiempo se hizo este informe a Saúl: “David ha venido a Queilá”. Y Saúl empezó a decir: “Dios lo ha vendido en mi mano, pues se ha encerrado entrando en una ciudad con puertas y barra”.

8 De modo que Saúl convocó a todo el pueblo para guerra, para bajar a Queilá, para sitiar a David y sus hombres.

9 Y David llegó a saber que Saúl estaba urdiendo la maldad contra él. Por lo tanto dijo a Abiatar el sacerdote: “Anda, acerca el efod”.

10 Y David pasó a decir: “Oh Jehová el Dios de Israel, tu siervo ha oído definitivamente que Saúl está procurando venir a Queilá para arruinar la ciudad por mi causa.

11 ¿Me entregarán los terratenientes de Queilá en su mano? ¿Descenderá Saúl, tal como ha oído tu siervo? Oh Jehová el Dios de Israel, informa a tu siervo, por favor”. A esto Jehová dijo: “Descenderá”.

12 Y David pasó a decir: “¿Me entregarán los terratenientes de Queilá a mí y a mis hombres en mano de Saúl?”. A su vez Jehová dijo: “Harán la entrega”.

13 En seguida David se levantó con sus hombres, unos seiscientos hombres, y salieron de Queilá y continuaron andando por dondequiera que podían andar. Y a Saúl se le hizo el informe de que David había escapado de Queilá, así que desistió de salir.

14 Y David se puso a morar en el desierto, en lugares de difícil acceso, y siguió morando en la región montañosa, en el desierto de Zif. Y Saúl siguió buscándolo siempre, y Dios no lo dio en su mano.

15 Y David continuó en temor porque Saúl había salido a buscar su alma mientras David estaba en el desierto de Zif, en Hores.

16 Jonatán hijo de Saúl ahora se levantó y fue a David, a Hores, para fortalecerle la mano respecto a Dios.

17 Y pasó a decirle: “No tengas miedo; porque no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú mismo serás rey sobre Israel, y yo mismo llegaré a ser segundo a ti; y Saúl mi padre también tiene conocimiento de que así es en efecto”.

18 Entonces los dos celebraron un pacto delante de Jehová; y David siguió morando en Hores, y Jonatán mismo se fue a su propio hogar.

19 Más tarde los hombres de Zif subieron a donde Saúl estaba, a Guibeah, y dijeron: “¿No está ocultándose David cerca de nosotros en los lugares de difícil acceso, en Hores, en la colina de Hakilá, que está al lado derecho de Jesimón?

20 Y ahora, en armonía con todo el deseo vehemente de tu alma, oh rey, de bajar, baja, y nuestra parte será entregarlo en la mano del rey”.

21 A lo cual dijo Saúl: “Benditos son ustedes de Jehová, porque me han tenido compasión.

22 Anden, por favor, perseveren un poco más y averigüen y vean el lugar de él donde llega a estar su pie —quienquiera que lo haya visto allí— porque se me ha dicho que él mismo es de veras astuto.

23 Y vean y averigüen todos los escondites donde se esconde; y tienen que volver a mí con la prueba, y yo ciertamente iré con ustedes; y tiene que suceder que, si está en el país, entonces yo ciertamente lo buscaré detenidamente entre todos los millares de Judá”.

24 Así que se levantaron y se fueron a Zif delante de Saúl, mientras David y sus hombres estaban en el desierto de Maón, en el Arabá, al sur de Jesimón.

25 Más tarde Saúl vino con sus hombres para buscarlo. Cuando informaron esto a David, él bajó en seguida al peñasco y continuó morando en el desierto de Maón. Cuando Saúl llegó a oírlo, se internó corriendo tras David en el desierto de Maón.

26 Por fin Saúl llegó a este lado de la montaña, y David y sus hombres estaban en aquel lado de la montaña. De modo que David se daba prisa para irse a causa de Saúl; entretanto, Saúl y sus hombres venían rodeando a David y sus hombres para agarrarlos.

27 Pero hubo un mensajero que vino a Saúl, y dijo: “¡Apresúrate, sí, y ve, porque los filisteos han hecho una incursión en el país!”.

28 Ante aquello, Saúl se volvió de correr tras David y fue a encontrarse con los filisteos. Por eso han llamado a aquel lugar el Peñasco de las Divisiones.

29 Entonces David procedió a subir de allí y se puso a morar en los lugares de difícil acceso de En-guedí.