< Anterior |
Siguiente > |
1 Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor.
2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.
3 Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe),
4 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.
5 De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades.
6 Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí.
7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;
8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
11 Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo debía ser alabado por vosotros; porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy.
12 Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros.
13 Porque ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? ¡Perdonadme este agravio!
14 He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.
15 Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.
16 Pero admitiendo esto, que yo no os he sido carga, sino que como soy astuto, os prendí por engaño,
17 ¿acaso os he engañado por alguno de los que he enviado a vosotros?
18 Rogué a Tito, y envié con él al hermano. ¿Os engañó acaso Tito? ¿No hemos procedido con el mismo espíritu y en las mismas pisadas?
19 ¿Pensáis aún que nos disculpamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos; y todo, muy amados, para vuestra edificación.
20 Pues me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes;
21 que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido.
1 Tengo que jactarme. No es provechoso; pero pasaré a visiones y revelaciones sobrenaturales de[l] Señor.
2 Conozco a un hombre en unión con Cristo que, hace catorce años —si en el cuerpo, no lo sé, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe— fue arrebatado como tal hasta el tercer cielo.
3 Sí, conozco a tal hombre —si en el cuerpo o aparte del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe—
4 que fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inexpresables que no le es lícito al hombre hablar.
5 De tal hombre me jactaré, pero no me jactaré de mí mismo, salvo en cuanto a [mis] debilidades.
6 Porque si alguna vez quiero jactarme, no seré irrazonable, pues diré la verdad. Pero me abstengo, para que nadie me acredite con más de lo que ve que soy u oye de mí,
7 simplemente debido al exceso de las revelaciones. Por esto, para que no me sintiera desmedidamente ensalzado, me fue dada una espina en la carne, un ángel de Satanás, que siguiera abofeteándome, para que no me ensalzara desmedidamente.
8 Tocante a esto, tres veces supliqué al Señor que esta se apartara de mí;
9 y, con todo, él realmente me dijo: “Mi bondad inmerecida es suficiente para ti; porque [mi] poder está perfeccionándose en la debilidad”. Por eso muy gustosamente prefiero jactarme respecto de mis debilidades, para que el poder del Cristo permanezca como tienda sobre mí.
10 Por lo tanto me complazco en debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones y dificultades, por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy poderoso.
11 Me he hecho irrazonable. Ustedes me obligaron a ello, porque debiera haber sido recomendado por ustedes. Pues no resulté ser inferior a [sus] apóstoles superfinos ni en una sola cosa, aunque nada soy.
12 En verdad, las señales de apóstol fueron producidas entre ustedes por todo aguante, y por señales y portentos presagiosos y obras poderosas.
13 Pues, ¿respecto a qué llegaron ustedes a ser menos que las demás congregaciones, salvo respecto a que yo mismo no me hice una carga para ustedes? Tengan la bondad de perdonarme este agravio.
14 ¡Miren! Esta es la tercera vez que estoy listo para ir a ustedes, y, con todo, no me haré una carga. Porque no estoy buscando sus posesiones, sino a ustedes; porque los hijos no deben ahorrar para los padres, sino los padres para los hijos.
15 Por mi parte muy gustosamente gastaré y quedaré completamente gastado por sus almas. Si los amo más abundantemente, ¿he de ser amado menos?
16 Pero sea como sea, no les impuse una carga. No obstante, ustedes dicen que fui “astuto” y los pillé “con tretas”.
17 En cuanto a los que les he despachado, no los exploté por medio de alguno de ellos, ¿verdad?
18 Insté a Tito y con él despaché al hermano. Tito no los explotó de ninguna manera, ¿verdad? Anduvimos en el mismo espíritu, ¿verdad? En las mismas pisadas, ¿verdad?
19 ¿Han estado ustedes pensando todo este tiempo que hemos estado presentando nuestra defensa a ustedes? Es ante Dios ante quien estamos hablando con relación a Cristo. Pero, amados, todas las cosas son para su edificación.
20 Porque tengo miedo de que de algún modo, cuando yo llegue, no los halle como pudiera desear, y yo resulte ser para ustedes no como pudieran desear, sino que, en cambio, de algún modo haya contienda, celos, casos de encolerizarse, altercaciones, difamaciones solapadas, susurros, hinchazón por parte de algunos, desórdenes.
21 Quizás, cuando vaya otra vez, mi Dios me humille entre ustedes, y yo me lamente de muchos de aquellos que hayan pecado antes, pero que no se hayan arrepentido de su inmundicia y fornicación y conducta relajada que han practicado.