< Anterior |
Siguiente > |
1 Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó la ley de Jehová, y todo Israel con él.
2 Y por cuanto se habían rebelado contra Jehová, en el quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén,
3 Con mil doscientos carros, y con sesenta mil hombres de a caballo: mas el pueblo que venía con él de Egipto, esto es, de libios, suquienos, y etíopes, no tenía número.
4 Y tomó las ciudades fortificadas de Judá, y llegó hasta Jerusalén .
5 Entonces vino el profeta Semaías a Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho Jehová: Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac.
6 Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es Jehová.
7 Y cuando Jehová vió que se habían humillado, fue palabra de Jehová a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré; antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano de Sisac.
8 Pero serán sus siervos; para que sepan lo que es servirme a mí, y que es servir a los reinos de las naciones.
9 Subió pues Sisac rey de Egipto a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey; todo lo llevó: y tomó los escudos de oro que Salomón había hecho.
10 Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey.
11 Cuando el rey iba a la casa de Jehová, venían los de la guardia, y los llevaban, y después los volvían a la cámara de la guardia.
12 Y cuando él se humilló, la ira de Jehová se apartó de él, para no destruirlo del todo: y también en Judá las cosas fueron bien.
13 Fortalecido, pues, Roboam, reinó en Jerusalén : y era Roboam de cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que escogió Jehová de todas las tribus de Israel, para poner en ella su nombre. Y el nombre de la madre de Roboam fue Naama amonita.
14 E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar a Jehová.
15 Y las cosas de Roboam, primeras y postreras, ¿no están escritas en los libros del profeta Semaías y del vidente Iddo, en el registro de las familias? Y entre Roboam y Jeroboam hubo guerra constante.
16 Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David: y reinó en su lugar Abías su hijo.
1 Y aconteció que, tan pronto como la gobernación real de Rehoboam quedó firmemente establecida, y tan pronto como se hizo fuerte, dejó la ley de Jehová, y también todo Israel con él.
2 Y aconteció que, en el año quinto del rey Rehoboam, Sisaq el rey de Egipto subió contra Jerusalén (porque se habían portado infielmente para con Jehová),
3 con mil doscientos carros y con sesenta mil hombres de a caballo; y era innumerable la gente que había venido con él desde Egipto... libios, sukiyim y etíopes.
4 Y logró tomar las ciudades fortificadas que pertenecían a Judá, y finalmente llegó hasta Jerusalén.
5 Ahora bien, en cuanto a Semaya el profeta, él vino a Rehoboam y a los príncipes de Judá que se habían reunido en Jerusalén debido a Sisaq, y procedió a decirles: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Ustedes, por su parte, me han dejado, y yo, también, por mi parte, los he dejado a la mano de Sisaq’”.
6 Ante eso, los príncipes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: “Jehová es justo”.
7 Y cuando Jehová vio que se habían humillado, la palabra de Jehová vino a Semaya, diciendo: “Se han humillado. No los arruinaré, y dentro de poco tiempo ciertamente les daré un escape, y mi furia no se derramará sobre Jerusalén por mano de Sisaq.
8 Pero llegarán a ser siervos de él, para que sepan la diferencia entre mi servicio y el servicio de los reinos de los países”.
9 De modo que Sisaq el rey de Egipto subió contra Jerusalén y tomó los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey. Todo lo tomó; así que tomó los escudos de oro que Salomón había hecho.
10 Por consiguiente, el rey Rehoboam hizo en lugar de ellos escudos de cobre, y los encomendó al control de los jefes de los corredores, los guardas de la entrada de la casa del rey.
11 Y sucedía que siempre que el rey venía a la casa de Jehová, los corredores entraban y los llevaban y los devolvían a la cámara de la guardia de los corredores.
12 Y debido a que se humilló, la cólera de Jehová se volvió de contra él, y no [pensó] en arruinarlos completamente. Y, además, resultaba que había cosas buenas en Judá.
13 Y el rey Rehoboam continuó haciendo fuerte su posición en Jerusalén y siguió reinando; pues Rehoboam tenía cuarenta y un años de edad cuando empezó a reinar, y por diecisiete años reinó en Jerusalén, la ciudad que Jehová había escogido de todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. Y el nombre de la madre de él fue Naamá la ammonita.
14 Pero él hizo lo que era malo, porque no había establecido firmemente su corazón en buscar a Jehová.
15 En cuanto a los asuntos de Rehoboam, los primeros y los últimos, ¿no están escritos entre las palabras de Semaya el profeta y de Idó el hombre de visiones por registro genealógico? Y continuamente hubo guerras entre Rehoboam y Jeroboán.
16 Por fin Rehoboam yació con sus antepasados, y fue enterrado en la Ciudad de David; y Abías su hijo empezó a reinar en lugar de él.