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2 CRONICAS 32 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los asirios e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas.

2 Viendo, pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su intención de combatir a Jerusalén,

3 Tuvo consejo con sus príncipes y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de agua que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron.

4 Entonces se reunió mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corría por a traves del territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan?

5 Después con ánimo resuelto edificó Ezequías todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera: fortificó además a Milo en la ciudad de David, e hizo también muchas espadas y escudos.

6 Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir en la plaza de la puerta de la ciudad, y habló al corazón de ellos, diciendo:

7 Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él.

8 Con él es el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos, y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.

9 Después de esto Senaquerib rey de los asirios, mientras sitiaba a Laquis con todas sus fuerzas, envió sus siervos a Jerusalén para decir a Ezequías rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén :

10 Así ha dicho Senaquerib rey de los asirios: ¿En quién confiáis vosotros al resistir el sitio en Jerusalén?

11 ¿No os engaña Ezequías para entregaros a muerte, a hambre, y a sed, al decir: Jehová nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria?

12 ¿No es Ezequías el mismo que ha quitado sus lugares altos y sus altares, y ha dicho a Judá y a Jerusalén : Delante de este solo altar adoraréis, y sobre él quemaréis incienso?

13 ¿No habéis sabido lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de la tierra? ¿Pudieron los dioses de las naciones de esas tierras librar su tierra de mi mano?

14 ¿Qué dios hubo de entre todos los dioses de aquellas naciones que destruyeron mis padres, que pudiese salvar a su pueblo de mis manos? ¿Cómo podrá vuestro Dios libraros de mi mano?

15 Ahora, pues, no os engañe Ezequías, ni os persuada de ese modo, ni le creáis; que si ningún dios de todas aquellas naciones y reinos pudo librar a su pueblo de mis manos, y de las manos de mis padres, ¿cuánto menos vuestro Dios os podrá librar de mi mano?

16 Y otras cosas más hablaron sus siervos contra Jehová Dios, y contra su siervo Ezequías.

17 Además de esto escribió cartas en que blasfemaba contra Jehová el Dios de Israel, y hablaba contra él, diciendo: Como los dioses de las naciones de los países no pudieron librar su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezequías librará al suyo de mis manos.

18 Y clamaron a gran voz en judaico al pueblo de Jerusalén que estaba sobre los muros, para espantarles y atemorizarles, a fin de poder tomar la ciudad.

19 Y hablaron contra el Dios de Jerusalén, como contra los dioses de los pueblos de la tierra, que son obra de manos de hombres.

20 Mas el rey Ezequías, y el profeta Isaías hijo de Amoz, oraron por esto, y clamaron al cielo.

21 Y Jehová envió un ángel, el cual destruyó a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Este se volvió por tanto, avergonzado a su tierra; y entrando en el templo de su dios, allí lo mataron a espada sus propios hijos.

22 Así salvó Jehová a Ezequías y a los moradores de Jerusalén de las manos de Senaquerib rey de Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo de todos lados.

23 Y muchos trajeron a Jerusalén ofrenda a Jehová, y ricos presentes a Ezequías rey de Judá; y fue muy engrandecido delante de todas las naciones después de esto.

24 En aquel tiempo Ezequías enfermó de muerte; y oró a Jehová, quien le respondió, y le dio una señal.

25 Mas Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho: sino que se enalteció su corazón, y vino la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén .

26 Pero Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de Jerusalén ; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días de Ezequías.

27 Y tuvo Ezequías riquezas y gloria, muchas en gran manera; y adquirió tesoros de plata y oro, piedras preciosas, perfumes, escudos, y toda clase de joyas deseables.

28 Asimismo hizo depósitos para las rentas del grano, del vino, y del aceite; establos para toda clase de bestias, y apriscos para los ganados.

29 Adquirió también ciudades, y hatos de ovejas y de vacas en gran abundancia; porque Dios le había dado muchas riquezas.

30 Este Ezequías cubrió los manantiales de Gihón la de arriba, y condujo el agua hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo.

31 Mas en lo referente a los mensajeros de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acontecido en el país, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.

32 Los demás de los hechos de Ezequías, y de sus misericordias, he aquí todos están escritos en la profecía del profeta Isaías hijo de Amoz, en el libro de los reyes de Judá y de Israel.

33 Y durmió Ezequías con sus padres, y lo sepultaron en el lugar más prominente de los sepulcros de los hijos de David, honrándole en su muerte todo Judá y toda Jerusalén : y reinó en su lugar Manasés su hijo.

  X


1 Después de estas cosas y de este fiel proceder, Senaquerib el rey de Asiria vino y procedió a invadir a Judá y a acampar contra las ciudades fortificadas, y siguió pensando hacerlas suyas mediante una irrupción.

2 Cuando Ezequías vio que Senaquerib había venido con el rostro puesto en guerrear contra Jerusalén,

3 entonces se decidió con sus príncipes y sus hombres poderosos a cegar las aguas de los manantiales que estaban fuera de la ciudad; así que ellos le ayudaron.

4 Por lo tanto se juntó mucha gente, y se pusieron a cegar todas las fuentes y el torrente que pasa inundando por en medio de la tierra, y decían: “¿Por qué deben venir los reyes de Asiria y realmente hallar una gran cantidad de agua?”.

5 Además, él cobró ánimo y edificó todo el muro que estaba derribado, y alzó torres sobre este, y por fuera otro muro, y reparó el Montículo de la Ciudad de David, e hizo proyectiles en abundancia, y escudos.

6 Y procedió a poner jefes militares sobre el pueblo y a juntarlos a sí en la plaza pública de la puerta de la ciudad y a hablar al corazón de ellos, y decir:

7 “Sean animosos y fuertes. No tengan miedo ni se aterroricen a causa del rey de Asiria ni debido a toda la muchedumbre que está con él; porque con nosotros hay más que los que hay con él.

8 Con él está un brazo de carne, pero con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y para pelear nuestras batallas”. Y el pueblo empezó a apoyarse en las palabras de Ezequías el rey de Judá.

9 Fue después de esto cuando Senaquerib el rey de Asiria envió sus siervos a Jerusalén, mientras él estaba en Lakís y todo su poder imperial con él, a Ezequías el rey de Judá y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén, a decir:

10 “Esto es lo que ha dicho Senaquerib el rey de Asiria: ‘¿En qué están confiando ustedes mientras están sentados quietos bajo sitio en Jerusalén?

11 ¿No está Ezequías ilusionándolos para entregarlos a morir de hambre y de sed, al decir: “Jehová nuestro Dios mismo nos librará de la palma de la mano del rey de Asiria”?

12 ¿No es Ezequías mismo el que quitó sus lugares altos y sus altares y luego dijo a Judá y a Jerusalén: “Delante de un solo altar deben inclinarse, y sobre él deben hacer humo de sacrificio”?

13 ¿No saben ustedes lo que yo mismo y mis antepasados hicimos a todos los pueblos de los países? ¿Acaso los dioses de las naciones de los países resultaron de manera alguna capaces de librar a su país de mi mano?

14 ¿Quién hubo entre todos los dioses de estas naciones que mis antepasados dieron por entero a la destrucción que resultara capaz de librar a su pueblo de mi mano, para que el Dios de ustedes resulte capaz de librarlos de mi mano?

15 Y ahora, no los engañe ni los ilusione de esta manera Ezequías, y no pongan fe en él, porque ningún dios de nación o reino alguno pudo librar a su pueblo de mi mano ni de la mano de mis antepasados. ¡Cuánto menos, pues, los librará el propio Dios de ustedes de mi mano!’”.

16 Y sus siervos hablaron todavía más contra Jehová el Dios [verdadero] y contra Ezequías su siervo.

17 Hasta cartas escribió él para vituperar a Jehová el Dios de Israel y para hablar contra él, diciendo: “Como los dioses de las naciones de los países que no libraron a su pueblo de mi mano, así el Dios de Ezequías no librará a su pueblo de mi mano”.

18 Y siguieron clamando con una voz fuerte en el lenguaje de los judíos a la gente de Jerusalén que estaba sobre el muro, para hacer que tuvieran miedo y para perturbarlos, a fin de tomar la ciudad.

19 Y siguieron hablando contra el Dios de Jerusalén de la misma manera como contra los dioses de los pueblos de la tierra, obra de las manos de hombre.

20 Pero Ezequías el rey e Isaías hijo de Amoz, el profeta, siguieron orando acerca de esto y clamando a los cielos por socorro.

21 Y Jehová procedió a enviar un ángel y a raer a todo hombre valiente, poderoso, y a caudillo y jefe en el campamento del rey de Asiria, de manera que este se volvió con rostro avergonzado a su propio país. Más tarde entró en la casa de su dios, y allí ciertos individuos que habían salido de sus propias entrañas lo hicieron caer a espada.

22 Así Jehová salvó a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de la mano de Senaquerib el rey de Asiria y de la mano de todo otro, y les dio descanso todo en derredor.

23 Y hubo muchos que traían regalos a Jehová en Jerusalén y cosas selectas a Ezequías el rey de Judá, y él llegó a ser ensalzado a los ojos de todas las naciones después de aquello.

24 En aquellos días Ezequías enfermó de muerte, y se puso a orar a Jehová. De manera que Él le habló, y Él le dio un portento presagioso.

25 Pero Ezequías no correspondió según el beneficio que se le había hecho, porque su corazón se hizo altivo, y vino a haber indignación contra él y contra Judá y Jerusalén.

26 Sin embargo, Ezequías se humilló por la altivez de su corazón, él y los habitantes de Jerusalén, y la indignación de Jehová no vino sobre ellos en los días de Ezequías.

27 Y Ezequías llegó a tener riquezas y gloria en cantidad muy grande; y se hizo almacenes para plata y para oro y para piedras preciosas y para aceite balsámico y para escudos y para todos los objetos deseables;

28 y también lugares de almacenamiento para el producto de grano y vino nuevo y aceite, y también pesebres para todas las diferentes clases de bestias y pesebres para los hatos.

29 Y adquirió ciudades para sí, y también ganado del rebaño y de la vacada en abundancia; porque Dios le dio muchísimos bienes.

30 Y Ezequías fue el que cegó la fuente superior de las aguas de Guihón y las mantuvo dirigidas directamente abajo a lo largo, hacia el oeste a la Ciudad de David, y Ezequías continuó logrando éxito en toda obra suya.

31 Y así fue como, mediante los voceros de los príncipes de Babilonia que fueron enviados a él para inquirir acerca del portento presagioso que había sucedido en el país, el Dios [verdadero] lo dejó para ponerlo a prueba, para llegar a saber todo lo que había en su corazón.

32 En cuanto al resto de los asuntos de Ezequías, y sus actos de bondad amorosa, allí están escritos en la visión de Isaías el profeta, el hijo de Amoz, en el Libro de los Reyes de Judá e Israel.

33 Por fin Ezequías yació con sus antepasados, y lo enterraron en la subida a las sepulturas de los hijos de David; y honra fue lo que todo Judá y los habitantes de Jerusalén le rindieron al tiempo de su muerte. Y Manasés su hijo empezó a reinar en lugar de él.