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La Palabra de Dios preservada y viva

2 SAMUEL 12 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.

2 El rico tenía numerosas ovejas y vacas;

3 pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija.

4 Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él.

5 Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte.

6 Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia.

7 Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl,

8 y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.

9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.

10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.

11 Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol.

12 Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.

13 Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.

14 Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.

15 Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente.

16 Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra.

17 Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan.

18 Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto?

19 Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto.

20 Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió.

21 Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan.

22 Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño?

23 Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.

24 Y consoló David a Betsabé su mujer, y llegándose a ella durmió con ella; y ella le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová,

25 y envió un mensaje por medio de Natán profeta; así llamó su nombre Jedidías, a causa de Jehová.

26 Joab peleaba contra Rabá de los hijos de Amón, y tomó la ciudad real.

27 Entonces envió Joab mensajeros a David, diciendo: Yo he puesto sitio a Rabá, y he tomado la ciudad de las aguas.

28 Reúne, pues, ahora al pueblo que queda, y acampa contra la ciudad y tómala, no sea que tome yo la ciudad y sea llamada de mi nombre.

29 Y juntando David a todo el pueblo, fue contra Rabá, y combatió contra ella, y la tomó.

30 Y quitó la corona de la cabeza de su rey, la cual pesaba un talento de oro, y tenía piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David. Y sacó muy grande botín de la ciudad.

31 Sacó además a la gente que estaba en ella, y los puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y hachas de hierro, y además los hizo trabajar en los hornos de ladrillos; y lo mismo hizo a todas las ciudades de los hijos de Amón. Y volvió David con todo el pueblo a Jerusalén.

  X


1 Y Jehová procedió a enviar a Natán a David. Por eso él entró a donde él y le dijo: “Había dos hombres que se hallaban en una ciudad, el uno rico y el otro de escasos recursos.

2 El rico tenía muchísimas ovejas y ganado vacuno;

3 pero el hombre de escasos recursos no tenía más que una cordera, una pequeña, que había comprado. Y estaba conservándola viva, y ella estaba creciendo con él y con sus hijos, todos juntos. De su bocado comía y de su copa bebía, y en su seno yacía, y vino a serle como una hija.

4 Después de un tiempo le vino una visita al hombre rico, pero él evitó tomar algo de sus propias ovejas y de su propio ganado vacuno para aderezárselo al viajero que le había venido. De modo que tomó la corderita del hombre de escasos recursos y la aderezó para el hombre que le había venido”.

5 Ante esto, la cólera de David se enardeció en gran manera contra el hombre, de modo que dijo a Natán: “¡Tan ciertamente como que vive Jehová, el hombre que hizo esto merece morir!

6 Y por la cordera debe dar compensación con cuatro, como consecuencia del hecho de que ha hecho esta cosa, y porque no tuvo compasión”.

7 Entonces Natán dijo a David: “¡Tú mismo eres el hombre! Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Yo mismo te ungí por rey sobre Israel, y yo mismo te libré de la mano de Saúl.

8 Y me hallé dispuesto a darte la casa de tu señor y las esposas de tu señor en tu seno, y a darte la casa de Israel y de Judá. Y si no fuera suficiente, estaba dispuesto a añadirte cosas como estas así como otras cosas.

9 ¿Por qué despreciaste la palabra de Jehová, haciendo lo que es malo a sus ojos? A Urías el hitita lo derribaste a espada, y a su esposa la tomaste por esposa tuya, y a él lo mataste por la espada de los hijos de Ammón.

10 Y ahora una espada no se apartará de tu propia casa hasta tiempo indefinido, como consecuencia del hecho de que me despreciaste de modo que tomaste a la esposa de Urías el hitita para que llegara a ser tu esposa’.

11 Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Aquí estoy levantando contra ti calamidad procedente de tu propia casa; y ciertamente tomaré a tus esposas ante tus mismos ojos y las daré a tu semejante, y él ciertamente se acostará con tus esposas ante los ojos de este sol.

12 Mientras que tú mismo obraste en secreto, yo, por mi parte, haré esta cosa enfrente de todo Israel y enfrente del sol’”.

13 David ahora dijo a Natán: “He pecado contra Jehová”. Ante lo cual Natán dijo a David: “Jehová, a su vez, efectivamente deja pasar tu pecado. No morirás.

14 A pesar de esto, por cuanto indisputablemente has tratado a Jehová con falta de respeto mediante esta cosa, también el hijo mismo, que acaba de nacerte, positivamente morirá”.

15 Entonces Natán se fue a su propia casa. Y Jehová procedió a asestar un golpe al niño que la esposa de Urías le había dado a luz a David, de modo que enfermó.

16 Y David se puso a buscar al Dios [verdadero] a favor del muchachito, y emprendió David un ayuno rígido y entró y pasó la noche y se acostó en la tierra.

17 De modo que los ancianos de su casa se levantaron sobre él para levantarlo de la tierra, pero él no consintió, y no tomó pan en compañía con ellos.

18 Y al séptimo día aconteció que el niño gradualmente murió. Y los siervos de David tenían miedo de informarle que el niño había muerto; porque decían: “¡Mira! Mientras el niño continuaba vivo sí le hablábamos, y no escuchaba nuestra voz; por eso, ¿cómo podemos decirle: ‘Ha muerto el niño’? Entonces ciertamente hará algo malo”.

19 Cuando David llegó a ver que sus siervos estaban cuchicheando entre sí, David empezó a discernir que el niño había muerto. Así que David dijo a sus siervos: “¿Ha muerto el niño?”. A lo que dijeron: “Ha muerto”.

20 Entonces David se levantó de la tierra y se lavó y se untó con aceite y cambió sus mantos y fue a la casa de Jehová y se postró; después de lo cual entró en su propia casa y pidió, y al punto pusieron pan delante de él, y él empezó a comer.

21 Por lo tanto sus siervos le dijeron: “¿Qué significa esta cosa que has hecho? Por causa del niño, mientras estaba vivo, ayunaste y te quedaste llorando; y tan pronto como el niño hubo muerto te levantaste y empezaste a comer pan”.

22 A esto él dijo: “Mientras el niño estaba todavía vivo, sí ayuné y seguí llorando, porque me decía: ‘¿Quién hay que sepa si Jehová me haya de mostrar favor, y el niño ciertamente viva?’.

23 Ahora que ha muerto, ¿para qué estoy ayunando? ¿Puedo yo hacerlo volver de nuevo? Yo estoy yendo a él, pero, en cuanto a él, él no volverá a mí”.

24 Y David empezó a consolar a Bat-seba su esposa. Además, fue a ella y se acostó con ella. Andando el tiempo ella dio a luz un hijo, y llegó a llamársele por nombre Salomón. Y Jehová mismo sí lo amó.

25 De modo que él envió por medio de Natán el profeta y lo llamó por nombre Jedidías, por causa de Jehová.

26 Y Joab continuó peleando contra Rabá de los hijos de Ammón y logró tomar la ciudad del reino.

27 Por lo tanto Joab envió mensajeros a David y dijo: “He peleado contra Rabá. También he tomado la ciudad de las aguas.

28 Y ahora reúne a la demás gente y acampa contra la ciudad, y tómala; para que yo mismo no sea el que tome la ciudad, y no tenga que llamarse mi nombre sobre ella”.

29 Por consiguiente, David reunió a todo el pueblo y fue a Rabá y peleó contra ella y la tomó.

30 Y llegó a tomar la corona de Malcam de sobre la cabeza de este, y el peso de ella era de un talento de oro, junto con piedras preciosas; y esta llegó a estar sobre la cabeza de David. Y el despojo de la ciudad que él sacó fue muchísimo.

31 Y a la gente que había en ella, la sacó para ponerla a serrar piedras y a [trabajo relativo a] instrumentos agudos de hierro y a hachas de hierro, y los hizo servir en la fabricación de ladrillos. Y así procedió a hacer a todas las ciudades de los hijos de Ammón. Por fin David y todo el pueblo regresaron a Jerusalén.