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ESTER 2 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Pasadas estas cosas, sosegada ya la ira del rey Asuero, se acordó de Vasti y de lo que ella había hecho, y de la sentencia contra ella.

2 Y dijeron los criados del rey, sus cortesanos: Busquen para el rey jóvenes vírgenes de buen parecer;

3 y ponga el rey personas en todas las provincias de su reino, que lleven a todas las jóvenes vírgenes de buen parecer a Susa, residencia real, a la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres, y que les den sus atavíos;

4 y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti. Esto agradó a los ojos del rey, y lo hizo así.

5 Había en Susa residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín;

6 el cual había sido transportado de Jerusalén con los cautivos que fueron llevados con Jeconías rey de Judá, a quien hizo transportar Nabucodonosor rey de Babilonia.

7 Y había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era húerfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya.

8 Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento y decreto del rey, y habían reunido a muchas doncellas en Susa residencia real, a cargo de Hegai, Ester también fue llevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai guarda de las mujeres.

9 Y la doncella agradó a sus ojos, y halló gracia delante de él, por lo que hizo darle prontamente atavíos y alimentos, y le dio también siete doncellas especiales de la casa del rey; y la llevó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres.

10 Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela, porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarase.

11 Y cada día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres, para saber cómo le iba a Ester, y cómo la trataban.

12 Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres,

13 entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey.

14 Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre.

15 Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían.

16 Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado.

17 Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti.

18 Hizo luego el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, e hizo y dio mercedes conforme a la generosidad real.

19 Cuando las vírgenes eran reunidas la segunda vez, Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey.

20 Y Ester, según le había mandado Mardoqueo, no había declarado su nación ni su pueblo; porque Ester hacía lo que decía Mardoqueo, como cuando él la educaba.

21 En aquellos días, estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey, se enojaron Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, y procuraban poner mano en el rey Asuero.

22 Cuando Mardoqueo entendió esto, lo denunció a la reina Ester, y Ester lo dijo al rey en nombre de Mardoqueo.

23 Se hizo investigación del asunto, y fue hallado cierto; por tanto, los dos eunucos fueron colgados en una horca. Y fue escrito el caso en el libro de las crónicas del rey.

  X


1 Después de estas cosas, cuando la furia del rey Asuero se había apaciguado, se acordó de Vasti y de lo que ella había hecho y de lo que se había decidido contra ella.

2 Entonces los servidores del rey, sus ministros, dijeron: “Búsquense para el rey mujeres jóvenes, vírgenes, de hermosa apariencia,

3 y nombre el rey comisionados en todos los distritos jurisdiccionales de su reino, y que ellos junten a todas las jóvenes, vírgenes, de hermosa apariencia, en Susa el castillo, en la casa de las mujeres a cargo de Hegai el eunuco del rey, el guardián de las mujeres; y que haya un dárseles sus masajes.

4 Y la joven que parezca grata a los ojos del rey será reina en lugar de Vasti”. Y la cosa fue grata a los ojos del rey, y procedió a hacerlo así.

5 Cierto hombre, un judío, se hallaba en Susa el castillo, y su nombre era Mardoqueo hijo de Jaír hijo de Simeí hijo de Quis un benjaminita,

6 quien había sido llevado al destierro desde Jerusalén con la gente deportada que fue llevada al destierro con Jeconías el rey de Judá, a quien Nabucodonosor el rey de Babilonia había llevado al destierro.

7 Y él llegó a ser el cuidador de Hadassá, es decir, Ester, la hija del hermano de su padre, porque ella no tenía ni padre ni madre; y la joven era de bonita figura y hermosa apariencia, y al tiempo de morir el padre y la madre de ella, Mardoqueo la tomó por hija suya.

8 Y aconteció que, cuando se oyó la palabra del rey y su ley, y cuando se juntaron muchas jóvenes en Susa el castillo a cargo de Hegai, entonces Ester fue llevada a la casa del rey a cargo de Hegai el guardián de las mujeres.

9 Ahora bien, la joven fue grata a los ojos de él, de modo que se granjeó bondad amorosa ante él, y él se apresuró a darle sus masajes y su alimento apropiado, y a darle siete jóvenes selectas de la casa del rey, y procedió a trasladarlas a ella y a sus mujeres jóvenes al mejor lugar de la casa de las mujeres.

10 Ester no había informado acerca de su pueblo ni de sus parientes, porque Mardoqueo mismo le había impuesto el mandato de que no lo informara.

11 Y día tras día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres para saber del bienestar de Ester y lo que se hacía con ella.

12 Y cuando a cada joven le llegaba el turno de entrar a donde el rey Asuero, después que por doce meses le había sucedido conforme al reglamento para las mujeres —porque de esa manera se cumplían gradualmente los días de su procedimiento de masajes, seis meses con aceite de mirra y seis meses con aceite balsámico y con los masajes de las mujeres—;

13 entonces, cumplidas estas condiciones, la joven misma entraba a donde el rey. Todo lo que ella mencionaba se le daba, para que fuera con ella de la casa de las mujeres a la casa del rey.

14 Al atardecer ella misma entraba, y por la mañana ella misma regresaba a la segunda casa de las mujeres a cargo de Saasgaz el eunuco del rey, el guardián de las concubinas. No entraba más a donde el rey a no ser que el rey se hubiera deleitado en ella y ella hubiera sido llamada por nombre.

15 Y cuando llegó el turno de Ester la hija de Abiháil el tío de Mardoqueo —a la que este había tomado como hija suya— para que ella entrara a donde el rey, ella no solicitó nada salvo lo que Hegai el eunuco del rey, el guardián de las mujeres, procedió a mencionar (durante todo aquel tiempo Ester continuamente se granjeaba favor a los ojos de todos los que la veían).

16 Entonces Ester fue llevada al rey Asuero, en su casa real, en el mes décimo, es decir, el mes de Tebet, en el séptimo año de su reinado.

17 Y el rey llegó a amar a Ester más que a todas las demás mujeres, de manera que ella se granjeó más favor y bondad amorosa ante él que todas las demás vírgenes. Y él procedió a poner el adorno de realeza sobre la cabeza de ella y a hacerla reina en lugar de Vasti.

18 Y el rey pasó a celebrar un gran banquete para todos sus príncipes y sus siervos, el banquete de Ester; y otorgó una amnistía para los distritos jurisdiccionales, y siguió dando presentes conforme a los recursos del rey.

19 Ahora bien, cuando por segunda vez se juntaron vírgenes, Mardoqueo estaba sentado en la puerta del rey.

20 Ester no informaba acerca de sus parientes ni de su pueblo, tal como Mardoqueo le había impuesto el mandato; y Ester ejecutaba el dicho de Mardoqueo, como cuando se hallaba bajo el cuidado de él.

21 En aquellos días, mientras Mardoqueo estaba sentado en la puerta del rey, Bigtán y Teres, dos oficiales de la corte del rey, guardas de la puerta, se indignaron y siguieron tratando de echar mano al rey Asuero.

22 Y la cosa llegó a ser conocida de Mardoqueo, y él inmediatamente lo refirió a Ester la reina. A su vez, Ester habló al rey en nombre de Mardoqueo.

23 De manera que se indagó el asunto, y con el tiempo fue descubierto, y los dos por fin fueron colgados en un madero; después de lo cual esto se escribió en el libro de los asuntos de los días delante del rey.