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GENESIS 34 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Salió Dina la hija de Lea, la cual ésta había dado a luz a Jacob, a ver a las hijas del país.

2 Y la vio Siquem hijo de Hamor heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó con ella, y la deshonró.

3 Pero su alma se apegó a Dina la hija de Lea, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de ella.

4 Y habló Siquem a Hamor su padre, diciendo: Tómame por mujer a esta joven.

5 Pero oyó Jacob que Siquem había amancillado a Dina su hija; y estando sus hijos con su ganado en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen.

6 Y se dirigió Hamor padre de Siquem a Jacob, para hablar con él.

7 Y los hijos de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los varones, y se enojaron mucho, porque hizo vileza en Israel acostándose con la hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho.

8 Y Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer.

9 Y emparentad con nosotros; dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras.

10 Y habitad con nosotros, porque la tierra estará delante de vosotros; morad y negociad en ella, y tomad en ella posesión.

11 Siquem también dijo al padre de Dina y a los hermanos de ella: Halle yo gracia en vuestros ojos, y daré lo que me dijereis.

12 Aumentad a cargo mío mucha dote y dones, y yo daré cuanto me dijereis; y dadme la joven por mujer.

13 Pero respondieron los hijos de Jacob a Siquem y a Hamor su padre con palabras engañosas, por cuanto había amancillado a Dina su hermana.

14 Y les dijeron: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a hombre incircunciso, porque entre nosotros es abominación.

15 Mas con esta condición os complaceremos: si habéis de ser como nosotros, que se circuncide entre vosotros todo varón.

16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras; y habitaremos con vosotros, y seremos un pueblo.

17 Mas si no nos prestareis oído para circuncidaros, tomaremos nuestra hija y nos iremos.

18 Y parecieron bien sus palabras a Hamor, y a Siquem hijo de Hamor.

19 Y no tardó el joven en hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado; y él era el más distinguido de toda la casa de su padre.

20 Entonces Hamor y Siquem su hijo vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los varones de su ciudad, diciendo:

21 Estos varones son pacíficos con nosotros, y habitarán en el país, y traficarán en él; pues he aquí la tierra es bastante ancha para ellos; nosotros tomaremos sus hijas por mujeres, y les daremos las nuestras.

22 Mas con esta condición consentirán estos hombres en habitar con nosotros, para que seamos un pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, así como ellos son circuncidados.

23 Su ganado, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros.

24 Y obedecieron a Hamor y a Siquem su hijo todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por la puerta de su ciudad.

25 Pero sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.

26 Y a Hamor y a Siquem su hijo los mataron a filo de espada; y tomaron a Dina de casa de Siquem, y se fueron.

27 Y los hijos de Jacob vinieron a los muertos, y saquearon la ciudad, por cuanto habían amancillado a su hermana.

28 Tomaron sus ovejas y vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo,

29 y todos sus bienes; llevaron cautivos a todos sus niños y sus mujeres, y robaron todo lo que había en casa.

30 Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví: Me habéis turbado con hacerme abominable a los moradores de esta tierra, el cananeo y el ferezeo; y teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí y me atacarán, y seré destruido yo y mi casa.

31 Pero ellos respondieron: ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?

  X


1 Ahora bien, solía salir Dina la hija de Lea, que esta le había dado a luz a Jacob, para ver a las hijas del país.

2 Y llegó a verla Siquem el hijo de Hamor el heveo, un principal del país, y entonces la tomó y se acostó con ella y la violó.

3 Y su alma empezó a adherirse a Dina la hija de Jacob, y se enamoró de la joven, y hablaba persuasivamente a la joven.

4 Por fin Siquem dijo a Hamor su padre: “Consígueme a esta jovencilla por esposa”.

5 Y Jacob oyó que este había contaminado a Dina su hija. Y sus hijos se hallaban en el campo con la manada de él; y guardó silencio Jacob hasta que ellos vinieran.

6 Más tarde, Hamor, el padre de Siquem, salió a Jacob para hablar con él.

7 Y los hijos de Jacob volvieron del campo tan pronto como oyeron de ello; y quedaron los hombres heridos en su sensibilidad, y se encolerizaron mucho, porque él había cometido una locura deshonrosa contra Israel al acostarse con la hija de Jacob, cuando no se debía hacer cosa semejante.

8 Y Hamor procedió a hablar con ellos, y dijo: “En cuanto a Siquem mi hijo, su alma se ha apegado a la hija de ustedes. Dénsela, por favor, por esposa,

9 y formen alianzas matrimoniales con nosotros. Ustedes han de darnos sus hijas, y han de tomar nuestras hijas para ustedes.

10 Y pueden morar con nosotros, y la tierra llegará a estar a su disposición. Moren y negocien en ella y establézcanse en ella”.

11 Entonces dijo Siquem al padre y a los hermanos de ella: “Halle yo favor a los ojos de ustedes, y lo que me digan lo daré.

12 Suban muy alto el dinero matrimonial y la dádiva impuesta sobre mí, y me hallo dispuesto a dar según lo que me digan; solo denme a la joven por esposa”.

13 Y los hijos de Jacob empezaron a contestar a Siquem y a Hamor su padre con engaño, y a hablar así porque él había contaminado a Dina su hermana.

14 Y pasaron a decirles: “No nos es posible hacer tal cosa, dar nuestra hermana a un hombre que tiene prepucio, porque eso es un oprobio para nosotros.

15 Solo con esta condición podemos darles consentimiento, que lleguen a ser como nosotros, siendo circuncidado todo varón de ustedes.

16 Entonces ciertamente les daremos nuestras hijas, y tomaremos las hijas suyas para nosotros, y ciertamente moraremos con ustedes y llegaremos a ser un solo pueblo.

17 Pero si no nos escuchan para circuncidarse, entonces ciertamente tomaremos a nuestra hija y nos iremos”.

18 Y sus palabras parecieron buenas a los ojos de Hamor y a los ojos de Siquem, el hijo de Hamor,

19 y el joven no tardó en ejecutar la condición, porque de veras se deleitaba en la hija de Jacob, y él era el más honorable de toda la casa de su padre.

20 De modo que Hamor y Siquem su hijo fueron a la puerta de su ciudad y empezaron a hablar a los hombres de su ciudad, diciendo:

21 “Estos hombres son amadores de la paz para con nosotros. Por lo tanto, que moren en el país y negocien en él, puesto que la tierra es bastante ancha delante de ellos. Podemos tomar sus hijas por esposas nuestras y les podemos dar nuestras propias hijas.

22 Solo con esta condición nos darán los hombres su consentimiento para morar con nosotros para llegar a ser un solo pueblo: que cada varón nuestro sea circuncidado así como ellos están circuncidados.

23 Entonces sus bienes y su caudal y todos sus ganados, ¿no serán nuestros? Solo démosles nuestro consentimiento para que moren con nosotros”.

24 Entonces todos los que salían por la puerta de su ciudad escucharon a Hamor y a Siquem su hijo, y todos los varones fueron circuncidados, todos los que salían por la puerta de su ciudad.

25 Sin embargo, aconteció que al tercer día, cuando se hallaban adoloridos, los dos hijos de Jacob: Simeón y Leví, hermanos de Dina, procedieron a tomar cada uno su espada y a ir insospechadamente a la ciudad y a matar a todo varón.

26 Y a Hamor y a Siquem su hijo mataron a filo de espada. Entonces tomaron a Dina de la casa de Siquem y se salieron.

27 Los otros hijos de Jacob atacaron a los hombres mortalmente heridos y se pusieron a saquear la ciudad, porque habían contaminado a su hermana.

28 Tomaron sus rebaños y sus vacadas y sus asnos y lo que había en la ciudad y lo que había en el campo.

29 Y todos sus medios de mantenimiento y todos sus niñitos y sus esposas se los llevaron cautivos, de modo que saquearon todo lo que había en las casas.

30 Ante aquello, Jacob dijo a Simeón y a Leví: “Me han acarreado extrañamiento, haciendo de mí un hedor a los habitantes del país, para los cananeos y los perizitas; mientras que yo soy pocos en número, y ellos ciertamente se reunirán contra mí y me asaltarán y tendré que ser aniquilado, yo y mi casa”.

31 A su vez, ellos dijeron: “¿Había alguien de tratar a nuestra hermana como a una prostituta?”.