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JEREMIAS 37 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 En lugar de Conías hijo de Joacim reinó el rey Sedequías hijo de Josías, al cual Nabucodonosor rey de Babilonia constituyó por rey en la tierra de Judá.

2 Pero no obedeció él ni sus siervos ni el pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las cuales dijo por el profeta Jeremías.

3 Y envió el rey Sedequías a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros a Jehová nuestro Dios.

4 Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo; porque todavía no lo habían puesto en la cárcel.

5 Y cuando el ejército de Faraón había salido de Egipto, y llegó noticia de ello a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, se retiraron de Jerusalén.

6 Entonces vino palabra de Jehová al profeta Jeremías, diciendo:

7 Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Diréis así al rey de Judá, que os envió a mí para que me consultaseis: He aquí que el ejército de Faraón que había salido en vuestro socorro, se volvió a su tierra en Egipto.

8 Y volverán los caldeos y atacarán esta ciudad, y la tomarán y la pondrán a fuego.

9 Así ha dicho Jehová: No os engañéis a vosotros mismos, diciendo: Sin duda ya los caldeos se apartarán de nosotros; porque no se apartarán.

10 Porque aun cuando hirieseis a todo el ejército de los caldeos que pelean contra vosotros, y quedasen de ellos solamente hombres heridos, cada uno se levantará de su tienda, y pondrán esta ciudad a fuego.

11 Y aconteció que cuando el ejército de los caldeos se retiró de Jerusalén a causa del ejército de Faraón,

12 salía Jeremías de Jerusalén para irse a tierra de Benjamín, para apartarse de en medio del pueblo.

13 Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos.

14 Y Jeremías dijo: Falso; no me paso a los caldeos. Pero él no lo escuchó, sino prendió Irías a Jeremías, y lo llevó delante de los príncipes.

15 Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron y le pusieron en prisión en la casa del escriba Jonatán, porque la habían convertido en cárcel.

16 Entró, pues, Jeremías en la casa de la cisterna, y en las bóvedas. Y habiendo estado allá Jeremías por muchos días,

17 el rey Sedequías envió y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado.

18 Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la cárcel?

19 ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra?

20 Ahora pues, oye, te ruego, oh rey mi señor; caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán, para que no muera allí.

21 Entonces dio orden el rey Sedequías, y custodiaron a Jeremías en el patio de la cárcel, haciéndole dar una torta de pan al día, de la calle de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se gastase. Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel.

  X


1 Y el rey Sedequías hijo de Josías empezó a reinar en lugar de Conías hijo de Jehoiaquim, a quien Nabucodorosor el rey de Babilonia hizo rey en la tierra de Judá.

2 Y él mismo y sus siervos y la gente de la tierra no escucharon las palabras de Jehová que él habló por medio de Jeremías el profeta.

3 Y el rey Sedequías procedió a enviar a Jehucal hijo de Selemías y a Sofonías hijo de Maaseya el sacerdote a Jeremías el profeta, diciendo: “Ora, por favor, en pro de nosotros a Jehová nuestro Dios”.

4 Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo, pues no lo habían puesto en la casa de detención.

5 Y hubo una fuerza militar de Faraón que salió de Egipto; y los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén llegaron a oír el informe acerca de ella. De modo que se retiraron de contra Jerusalén.

6 Entonces la palabra de Jehová le ocurrió a Jeremías el profeta, y decía:

7 “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Esto es lo que ustedes deben decir al rey de Judá, el que los envió a mí para inquirir de mí: “¡Miren! La fuerza militar de Faraón que está saliendo a donde ustedes con el propósito de dar auxilio tendrá que regresar a su país, Egipto.

8 Y los caldeos ciertamente volverán y pelearán contra esta ciudad y la tomarán y la quemarán con fuego”.

9 Esto es lo que ha dicho Jehová: “No engañen a sus almas, diciendo: ‘Los caldeos sin falta se irán de contra nosotros’, porque no se irán.

10 Porque si ustedes hubieran derribado a toda la fuerza militar de los caldeos que está peleando contra ustedes y quedaran entre ellos hombres traspasados, se levantarían cada uno en su tienda y realmente quemarían esta ciudad con fuego”’”.

11 Y cuando la fuerza militar de los caldeos se hubo retirado de contra Jerusalén a causa de la fuerza militar de Faraón, sucedió

12 que Jeremías empezó a salir de Jerusalén para ir a la tierra de Benjamín y conseguir de allá [su] porción en medio del pueblo.

13 De modo que cuando él estaba en la Puerta de Benjamín aconteció que allí estaba el oficial que tenía la superintendencia, cuyo nombre era Iriya hijo de Selemías hijo de Hananías. Al instante él echó mano a Jeremías el profeta, y dijo: “¡Es a los caldeos a quienes te estás pasando!”.

14 Pero Jeremías dijo: “¡Eso es falso! No me estoy pasando a los caldeos”. Pero él no le escuchó. De modo que Iriya mantuvo asido a Jeremías y lo llevó a los príncipes.

15 Y los príncipes empezaron a indignarse con Jeremías, y lo golpearon y lo metieron en la casa de los grilletes, en la casa de Jehonatán el secretario, porque esto era lo que habían hecho casa de detención.

16 Cuando Jeremías entró en la casa de la cisterna y en los cuartos abovedados, entonces Jeremías continuó morando allí muchos días.

17 Y el rey Sedequías procedió a enviar y tomarlo [de allí], y el rey empezó a hacerle preguntas en su casa en un escondrijo. Y pasó a decir: “¿Existe una palabra de Jehová?”. A lo que dijo Jeremías: “¡Sí existe!”. Y dijo además: “¡En la mano del rey de Babilonia serás dado!”.

18 Entonces Jeremías dijo al rey Sedequías: “¿De qué manera he pecado contra ti y contra tus siervos y contra este pueblo, para que ustedes me hayan puesto en la casa de detención?

19 ¿Dónde están ahora sus profetas que les profetizaron a ustedes, diciendo: ‘El rey de Babilonia no vendrá contra ustedes ni contra este país’?

20 Y ahora escucha, por favor, oh mi señor el rey. Caiga mi petición de favor delante de ti, por favor, y no me envíes de vuelta a la casa de Jehonatán el secretario, para que no muera yo allí”.

21 En conformidad, el rey Sedequías dio orden, y entonces custodiaron a Jeremías en el Patio de la Guardia; y diariamente se le daba un pan redondo de la calle de los panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se agotó. Y Jeremías continuó morando en el Patio de la Guardia.