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JEREMIAS 9 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 ¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!

2 ¡Oh, quién me diese en el desierto un albergue de caminantes, para que dejase a mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores.

3 Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco, y no se fortalecieron para la verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dice Jehová.

4 Guárdese cada uno de su compañero, y en ningún hermano tenga confianza; porque todo hermano engaña con falacia, y todo compañero anda calumniando.

5 Y cada uno engaña a su compañero, y ninguno habla verdad; acostumbraron su lengua a hablar mentira, se ocupan de actuar perversamente.

6 Su morada está en medio del engaño; por muy engañadores no quisieron conocerme, dice Jehová.

7 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los refinaré y los probaré; porque ¿qué más he de hacer por la hija de mi pueblo?

8 Saeta afilada es la lengua de ellos; engaño habla; con su boca dice paz a su amigo, y dentro de sí pone sus asechanzas.

9 ¿No los he de castigar por estas cosas? dice Jehová. De tal nación, ¿no se vengará mi alma?

10 Por los montes levantaré lloro y lamentación, y llanto por los pastizales del desierto; porque fueron desolados hasta no quedar quien pase, ni oírse bramido de ganado; desde las aves del cielo hasta las bestias de la tierra huyeron, y se fueron.

11 Reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas, morada de chacales; y convertiré las ciudades de Judá en desolación en que no quede morador.

12 ¿Quién es varón sabio que entienda esto? ¿y a quién habló la boca de Jehová, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como desierto, hasta no haber quien pase?

13 Dijo Jehová: Porque dejaron mi ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz, ni caminaron conforme a ella;

14 antes se fueron tras la imaginación de su corazón, y en pos de los baales, según les enseñaron sus padres.

15 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que a este pueblo yo les daré a comer ajenjo, y les daré a beber aguas de hiel.

16 Y los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; y enviaré espada en pos de ellos, hasta que los acabe.

17 Así dice Jehová de los ejércitos: Considerad, y llamad plañideras que vengan; buscad a las hábiles en su oficio;

18 y dense prisa, y levanten llanto por nosotros, y desháganse nuestros ojos en lágrimas, y nuestros párpados se destilen en aguas.

19 Porque de Sion fue oída voz de endecha: ¡Cómo hemos sido destruidos! En gran manera hemos sido avergonzados, porque abandonamos la tierra, porque han destruido nuestras moradas.

20 Oíd, pues, oh mujeres, palabra de Jehová, y vuestro oído reciba la palabra de su boca: Enseñad endechas a vuestras hijas, y lamentación cada una a su amiga.

21 Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios, para exterminar a los niños de las calles, a los jóvenes de las plazas.

22 Habla: Así ha dicho Jehová: Los cuerpos de los hombres muertos caerán como estiércol sobre la faz del campo, y como manojo tras el segador, que no hay quien lo recoja.

23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.

24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.

25 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que castigaré a todo circuncidado, y a todo incircunciso;

26 a Egipto y a Judá, a Edom y a los hijos de Amón y de Moab, y a todos los arrinconados en el postrer rincón, los que moran en el desierto; porque todas las naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón.

  X


1 ¡Oh, que mi cabeza fuera aguas, y que mis ojos fueran fuente de lágrimas! Entonces podría llorar día y noche por aquellos de la hija de mi pueblo que fueron muertos.

2 ¡Oh, que tuviera yo en el desierto un lugar de alojamiento de viajeros! Entonces dejaría a mi pueblo y me iría de ellos, porque todos ellos son adúlteros, una asamblea solemne de hombres traicioneros en sus tratos;

3 y doblan su lengua como su arco en falsedad; pero no por fidelidad han resultado poderosos en el país. “Pues de maldad en maldad procedieron, y aun a mí me pasaron por alto”, es la expresión de Jehová.

4 “Guárdense ustedes cada uno de su propio compañero, y no cifren su confianza en ningún hermano. Porque hasta todo hermano positivamente suplantaría, y todo compañero mismo andaría por todos lados como simple calumniador,

5 y cada uno sigue jugando con su compañero; y no hablan ninguna verdad en absoluto. Han enseñado a su lengua a hablar falsedad. Se han rendido de cansancio sencillamente haciendo el mal.

6 ”Tu sentarte está en medio de engaño. Por engaño ellos han rehusado conocerme”, es la expresión de Jehová.

7 Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: “Miren, voy a fundirlos, y tengo que examinarlos, porque ¿cómo he de obrar de otro modo a causa de la hija de mi pueblo?

8 La lengua de ellos es una flecha degolladora. Engaño es lo que esta ha hablado. Con su boca, paz es lo que sigue hablando [alguien] con su propio compañero; pero dentro de sí tiende su emboscada”.

9 “A causa de estas cosas, ¿no debo yo pedirles cuentas? —es la expresión de Jehová—. ¿O en una nación que es así no debe vengarse mi alma?

10 Sobre las montañas levantaré llanto y lamentación, y sobre los pastos del desierto una endecha; porque habrán sido abrasados de modo que no haya hombre que pase a través, y la gente realmente no oirá el sonido de ganado. Tanto la criatura voladora de los cielos como la bestia habrán huido; se habrán ido.

11 Y ciertamente haré de Jerusalén montones de piedras, el albergue de chacales; y de las ciudades de Judá haré un yermo desolado, sin habitante.

12 ”¿Quién es el hombre que sea sabio, para que entienda esto, hasta aquel a quien la boca de Jehová ha hablado, para que lo anuncie? ¿Por qué motivo debe la tierra realmente perecer, realmente estar abrasada como el desierto sin que nadie pase a través?”

13 Y Jehová procedió a decir: “Por motivo de que dejaron mi ley que di [para que estuviera] delante de ellos, y [porque] no han obedecido mi voz y no han andado en ella,

14 sino que siguieron andando tras la terquedad de su corazón y tras las imágenes de Baal, acerca de las cuales sus padres les habían enseñado;

15 por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Mira, voy a hacer que ellos, es decir, este pueblo, coman ajenjo, y ciertamente les haré beber agua envenenada;

16 y ciertamente los esparciré entre las naciones que ni ellos ni sus padres han conocido, y ciertamente enviaré tras ellos la espada hasta que yo los haya exterminado’.

17 ”Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Pórtense con entendimiento, y llamen a las mujeres que salmodian endechas, para que vengan; y envíen [aviso] aun a las mujeres diestras, para que vengan,

18 y para que se apresuren y levanten sobre nosotros una lamentación. Y que nuestros ojos dejen rodar lágrimas y nuestros propios ojos radiantes destilen aguas.

19 Porque la voz de lamentación es lo que se ha oído desde Sión: “¡Cómo se nos ha despojado con violencia! ¡Cuánto nos hemos avergonzado! Porque hemos dejado el país; porque han desechado nuestras residencias”.

20 Pero oigan, oh mujeres, la palabra de Jehová, y reciba su oído la palabra de la boca de él. Entonces enseñen a sus hijas una lamentación, y cada mujer a su compañera una endecha.

21 Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas; ha entrado en nuestras torres de habitación, a fin de cortar de la calle al niño, de las plazas públicas a los jóvenes’.

22 ”Habla: ‘Esto es lo que la expresión de Jehová es: “Los cuerpos muertos de la humanidad también tienen que caer como estiércol sobre la haz del campo, y como una fila de grano recién cortado tras el segador, sin nadie que recoja”’”.

23 Esto es lo que ha dicho Jehová: “No se gloríe el sabio a causa de su sabiduría, y no se gloríe el poderoso a causa de su poderío. No se gloríe el rico a causa de sus riquezas”.

24 “Pero el que se gloría, gloríese a causa de esta misma cosa: de tener perspicacia y de tener conocimiento de mí, que yo soy Jehová, Aquel que ejerce bondad amorosa, derecho y justicia en la tierra; porque en estas cosas de veras me deleito”, es la expresión de Jehová.

25 “¡Mira! Vienen días —es la expresión de Jehová—, y ciertamente pediré cuentas a todos los circuncisos [que, sin embargo, todavía están] en incircuncisión,

26 a Egipto y a Judá y a Edom y a los hijos de Ammón y a Moab y a todos los de cabello cortado en las sienes que están morando en el desierto; porque todas las naciones son incircuncisas, y todos [los de] la casa de Israel son incircuncisos de corazón.”