< Anterior |
Siguiente > |
1 Palabra de Jehová que vino a Joel, hijo de Petuel.
2 Oíd esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros padres?
3 De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación.
4 Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado.
5 Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca.
6 Porque pueblo fuerte e innumerable subió a mi tierra; sus dientes son dientes de león, y sus muelas, muelas de león.
7 Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas.
8 Llora tú como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud.
9 Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo.
10 El campo está asolado, se enlutó la tierra; porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite.
11 Confundíos, labradores; gemid, viñeros, por el trigo y la cebada, porque se perdió la mies del campo.
12 La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres.
13 Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.
14 Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová.
15 ¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso.
16 ¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios?
17 El grano se pudrió debajo de los terrones, los graneros fueron asolados, los alfolíes destruidos; porque se secó el trigo.
18 ¡Cómo gimieron las bestias! ¡cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las ovejas.
19 A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo.
20 Las bestias del campo bramarán también a ti, porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderas del desierto.
1 La palabra de Jehová que le ocurrió a Joel hijo de Petuel:
2 “Oigan esto, ancianos, y presten oído, todos los habitantes del país. ¿Ha ocurrido esto en sus días, o siquiera en los días de sus antepasados?
3 Respecto a ello hagan el relato a sus propios hijos, y sus hijos a los hijos de ellos, y los hijos de ellos a la siguiente generación.
4 Lo que dejó la oruga, la langosta se lo ha comido; y lo que dejó la langosta, la langosta reptante, sin alas, se lo ha comido; y lo que la langosta reptante, sin alas, ha dejado, la cucaracha se lo ha comido.
5 ”Despierten, borrachos, y lloren; y aúllen, todos ustedes, bebedores de vino, por causa del vino dulce, porque ha sido cortado de sus bocas.
6 Porque hay una nación que ha subido a mi país, poderosa y sin número. Sus dientes son los dientes de un león, y tiene las quijadas de un león.
7 Ha puesto mi vid como objeto de pasmo, y mi higuera como tocón. Positivamente la ha dejado desnuda y [la] ha desechado. Las ramitas de ella han quedado blancas.
8 Plañe, como una virgen ceñida de saco lo hace por el dueño de su juventud.
9 ”Ofrenda de grano y libación han sido cortadas de la casa de Jehová; los sacerdotes, los ministros de Jehová, han estado de duelo.
10 [El] campo ha sido despojado con violencia, [el] terreno se ha puesto de duelo; porque [el] grano ha sido despojado con violencia, [el] vino nuevo se ha secado, [el] aceite se ha desvanecido.
11 Los labradores han sentido vergüenza; los viñadores han aullado, a causa del trigo y a causa de la cebada; porque la cosecha de[l] campo ha perecido.
12 La vid misma ha mostrado estar seca, y hasta la higuera se ha desvanecido. En cuanto a[l] granado, también [la] palmera y [el] manzano, todos los árboles del campo, se han secado; porque el alborozo se ha ido avergonzado de los hijos de la humanidad.
13 ”Cíñanse, y golpéense los pechos, sacerdotes. Aúllen, ministros de[l] altar. Entren, pasen la noche en tela de saco, ministros de mi Dios; porque de la casa de su Dios han sido retenidas la ofrenda de grano y la libación.
14 Santifiquen un tiempo de ayuno. Convoquen asamblea solemne. Reúnan a [los] ancianos, a todos los habitantes del país, a la casa de Jehová su Dios, y clamen por socorro a Jehová.
15 ”¡Ay del día; porque el día de Jehová está cerca, y como despojo violento del Todopoderoso vendrá!
16 ¿No ha sido cortado de delante de nuestros propios ojos el alimento mismo; de la casa de nuestro Dios, el regocijo y el gozo?
17 Los higos secos se han arrugado y encogido bajo sus palas. Los almacenes han sido desolados. Los graneros han sido demolidos, porque [el] grano se ha secado.
18 ¡Oh, cómo ha suspirado el animal doméstico! ¡[Cómo] han vagado en confusión los hatos de ganado vacuno! Porque no hay pasto para ellos. También, los hatos de las ovejas han sido los que han tenido que llevar culpa.
19 ”A ti, oh Jehová, llamaré; porque fuego mismo ha devorado los pastos de[l] desierto, y una llama misma ha consumido todos los árboles del campo.
20 Las bestias del campo también siguen [volviéndose] a ti con anhelo, porque los canales de agua se han secado, y el fuego mismo ha devorado los pastos del desierto”.