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JUECES 1 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Aconteció después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel consultaron a Jehová, diciendo: ¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos?

2 Y Jehová respondió: Judá subirá; he aquí que yo he entregado la tierra en sus manos.

3 Y Judá dijo a Simeón su hermano: Sube conmigo al territorio que se me ha adjudicado, y peleemos contra el cananeo, y yo también iré contigo al tuyo. Y Simeón fue con él.

4 Y subió Judá, y Jehová entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo; e hirieron de ellos en Bezec a diez mil hombres.

5 Y hallaron a Adoni-bezec en Bezec, y pelearon contra él; y derrotaron al cananeo y al ferezeo.

6 Mas Adoni-bezec huyó; y le siguieron y le prendieron, y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies.

7 Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados los pulgares de sus manos y de sus pies, recogían las migajas debajo de mi mesa; como yo hice, así me ha pagado Dios. Y le llevaron a Jerusalén, donde murió.

8 Y combatieron los hijos de Judá a Jerusalén y la tomaron, y pasaron a sus habitantes a filo de espada y pusieron fuego a la ciudad.

9 Después los hijos de Judá descendieron para pelear contra el cananeo que habitaba en las montañas, en el Neguev, y en los llanos.

10 Y marchó Judá contra el cananeo que habitaba en Hebrón, la cual se llamaba antes Quiriat-arba; e hirieron a Sesai, a Ahimán y a Talmai.

11 De allí fue a los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Quiriat-sefer.

12 Y dijo Caleb: El que atacare a Quiriat-sefer y la tomare, yo le daré Acsa mi hija por mujer.

13 Y la tomó Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb; y él le dio Acsa su hija por mujer.

14 Y cuando ella se iba con él, la persuadió que pidiese a su padre un campo. Y ella se bajó del asno, y Caleb le dijo: ¿Qué tienes?

15 Ella entonces le respondió: Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas. Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.

16 Y los hijos del ceneo, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá al desierto de Judá, que está en el Neguev cerca de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo.

17 Y fue Judá con su hermano Simeón, y derrotaron al cananeo que habitaba en Sefat, y la asolaron; y pusieron por nombre a la ciudad, Horma.

18 Tomó también Judá a Gaza con su territorio, Ascalón con su territorio y Ecrón con su territorio.

19 Y Jehová estaba con Judá, quien arrojó a los de las montañas; mas no pudo arrojar a los que habitaban en los llanos, los cuales tenían carros herrados.

20 Y dieron Hebrón a Caleb, como Moisés había dicho; y él arrojó de allí a los tres hijos de Anac.

21 Mas al jebuseo que habitaba en Jerusalén no lo arrojaron los hijos de Benjamín, y el jebuseo habitó con los hijos de Benjamín en Jerusalén hasta hoy.

22 También la casa de José subió contra Bet-el; y Jehová estaba con ellos.

23 Y la casa de José puso espías en Bet-el, ciudad que antes se llamaba Luz.

24 Y los que espiaban vieron a un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: Muéstranos ahora la entrada de la ciudad, y haremos contigo misericordia.

25 Y él les mostró la entrada a la ciudad, y la hirieron a filo de espada; pero dejaron ir a aquel hombre con toda su familia.

26 Y se fue el hombre a la tierra de los heteos, y edificó una ciudad a la cual llamó Luz; y este es su nombre hasta hoy.

27 Tampoco Manasés arrojó a los de Bet-seán, ni a los de sus aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni a los que habitan en Meguido y en sus aldeas; y el cananeo persistía en habitar en aquella tierra.

28 Pero cuando Israel se sintió fuerte hizo al cananeo tributario, mas no lo arrojó.

29 Tampoco Efraín arrojó al cananeo que habitaba en Gezer, sino que habitó el cananeo en medio de ellos en Gezer.

30 Tampoco Zabulón arrojó a los que habitaban en Quitrón, ni a los que habitaban en Naalal, sino que el cananeo habitó en medio de él, y le fue tributario.

31 Tampoco Aser arrojó a los que habitaban en Aco, ni a los que habitaban en Sidón, en Ahlab, en Aczib, en Helba, en Afec y en Rehob.

32 Y moró Aser entre los cananeos que habitaban en la tierra; pues no los arrojó.

33 Tampoco Neftalí arrojó a los que habitaban en Bet-semes, ni a los que habitaban en Bet-anat, sino que moró entre los cananeos que habitaban en la tierra; mas le fueron tributarios los moradores de Bet-semes y los moradores de Bet-anat.

34 Los amorreos acosaron a los hijos de Dan hasta el monte, y no los dejaron descender a los llanos.

35 Y el amorreo persistió en habitar en el monte de Heres, en Ajalón y en Saalbim; pero cuando la casa de José cobró fuerzas, lo hizo tributario.

36 Y el límite del amorreo fue desde la subida de Acrabim, desde Sela hacia arriba.

  X


1 Y después de la muerte de Josué aconteció que los hijos de Israel procedieron a inquirir de Jehová, y a decir: “¿Quién de nosotros subirá primero a los cananeos para pelear contra ellos?”.

2 A lo cual dijo Jehová: “Judá subirá. ¡Miren! Ciertamente daré la tierra en su mano”.

3 Entonces Judá dijo a Simeón su hermano: “Sube conmigo a la parte que me ha tocado en suerte y peleemos contra los cananeos, y yo mismo a mi vez iré contigo a la parte que te ha tocado en suerte”. En conformidad, Simeón fue con él.

4 Con esto subió Judá, y Jehová dio en manos de ellos a los cananeos y a los perizitas, de modo que derrotaron a estos en Bézeq, a diez mil hombres.

5 Cuando hallaron a Adoni-bézeq en Bézeq, entonces pelearon contra él y derrotaron a los cananeos y a los perizitas.

6 Cuando Adoni-bézeq se puso en fuga, entonces se fueron corriendo tras él y lo prendieron y le cortaron los dedos pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies.

7 Por lo cual Adoni-bézeq dijo: “Ha habido setenta reyes con los dedos pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies cortados recogiendo alimento debajo de mi mesa. Tal como yo he hecho, así me lo ha pagado Dios”. Después de eso lo llevaron a Jerusalén, y allí murió.

8 Además, los hijos de Judá llevaron a cabo guerra contra Jerusalén y lograron tomarla, y se pusieron a herirla a filo de espada, y entregaron la ciudad al fuego.

9 Y después los hijos de Judá bajaron para pelear contra los cananeos que habitaban en la región montañosa y en el Négueb y en la Sefelá.

10 Así que Judá marchó contra los cananeos que moraban en Hebrón (ahora bien, el nombre de Hebrón antes de eso era Quiryat-arbá), y se pusieron a derribar a Sesai y Ahimán y Talmai.

11 Y de allí procedieron a marchar contra los habitantes de Debir. (Ahora bien, el nombre de Debir antes de eso era Quiryat-séfer.)

12 Entonces Caleb dijo: “Al que hiera a Quiryat-séfer y de veras la tome, pues, ciertamente le daré a Acsá mi hija por esposa”.

13 Y Otniel hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb, logró tomarla. Por eso él le dio por esposa a Acsá su hija.

14 Y aconteció que, mientras ella iba a casa, siguió incitándolo a pedir a su padre un campo. Entonces ella palmoteó mientras estaba sobre el asno. Por lo cual Caleb le dijo: “¿Qué quieres?”.

15 De modo que ella le dijo: “Concédeme una bendición, sí, puesto que es un terreno del sur el que me has dado, y tienes que darme Gulot-maim”. Por lo tanto Caleb le dio Gulot Alto y Gulot Bajo.

16 Y los hijos del quenita, de quien Moisés fue yerno, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá al desierto de Judá, que está al sur de Arad. Entonces fueron y se pusieron a morar con el pueblo.

17 Pero Judá marchó adelante con Simeón su hermano, y procedieron a herir a los cananeos que habitaban en Zefat y a darla por entero a la destrucción. Por eso la ciudad se llamó por nombre Hormá.

18 Después de eso Judá tomó a Gaza y su territorio y a Asquelón y su territorio y a Eqrón y su territorio.

19 Y Jehová continuó con Judá, de modo que tomó posesión de la región montañosa, pero no pudo desposeer a los habitantes de la llanura baja, porque tenían carros de guerra con hoces de hierro.

20 Cuando dieron Hebrón a Caleb, tal como había prometido Moisés, entonces él expulsó de allí a los tres hijos de Anaq.

21 Y los hijos de Benjamín no expulsaron a los jebuseos que habitaban en Jerusalén; sino que los jebuseos siguen habitando con los hijos de Benjamín en Jerusalén hasta el día de hoy.

22 Mientras tanto, la casa de José misma también subió contra Betel, y Jehová estaba con ellos.

23 Y la casa de José empezó a espiar a Betel (a propósito, el nombre de la ciudad antes de eso era Luz),

24 y los vigilantes llegaron a ver a un hombre que salía de la ciudad. De modo que le dijeron: “Muéstranos, por favor, la manera de entrar en la ciudad, y ciertamente ejerceremos bondad para contigo”.

25 Por consiguiente, el hombre les mostró la manera de entrar en la ciudad; y se pusieron a herir la ciudad a filo de espada, pero al hombre y toda su familia los dejaron ir.

26 Tras eso, el hombre se fue a la tierra de los hititas y edificó una ciudad y le puso por nombre Luz. Ese es su nombre hasta el día de hoy.

27 Y Manasés no tomó posesión de Bet-seán y sus pueblos dependientes, ni de Taanac y sus pueblos dependientes, ni de los habitantes de Dor y sus pueblos dependientes, ni de los habitantes de Ibleam y sus pueblos dependientes, ni de los habitantes de Meguidó y sus pueblos dependientes, sino que los cananeos persistieron en morar en esta tierra.

28 Y aconteció que Israel se hizo fuerte y procedió a poner a los cananeos a [hacer] trabajos forzados, y no los expulsaron completamente.

29 Tampoco Efraín expulsó a los cananeos que moraban en Guézer, sino que los cananeos continuaron morando en medio de ellos en Guézer.

30 Zabulón no expulsó a los habitantes de Quitrón ni a los habitantes de Nahalol, sino que los cananeos continuaron morando en medio de ellos y llegaron a estar sujetos a trabajos forzados.

31 Aser no expulsó a los habitantes de Akkó, ni a los habitantes de Sidón, ni de Ahlab, ni de Aczib, ni de Helbá, ni de Afiq, ni de Rehob.

32 Y los aseritas continuaron morando en medio de los cananeos que habitaban en la tierra, porque no los expulsaron.

33 Neftalí no expulsó a los habitantes de Bet-semes ni a los habitantes de Bet-anat, sino que continuó morando en medio de los cananeos que habitaban en la tierra; y los habitantes de Bet-semes y de Bet-anat llegaron a ser suyos para trabajos forzados.

34 Y los amorreos siguieron presionando a los hijos de Dan hacia la región montañosa, pues no les permitían bajar a la llanura baja.

35 Así que los amorreos persistieron en morar en el monte Heres y en Ayalón y en Saalbim. Pero la mano de la casa de José se hizo tan pesada que se les obligó a [hacer] trabajos molestos.

36 Y el territorio de los amorreos era desde la subida de Aqrabim, desde Sela para arriba.