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JUECES 3 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas la guerras de Canaán;

2 solamente para que el linaje de los hijos de Israel conociese la guerra, para que la enseñasen a los que antes no la habían conocido:

3 los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

4 Y fueron para probar con ellos a Israel, para saber si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que él había dado a sus padres por mano de Moisés.

5 Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.

6 Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses.

7 Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera.

8 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años.

9 Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.

10 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim.

11 Y reposó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.

12 Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová fortaleció a Eglón rey de Moab contra Israel, por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos de Jehová.

13 Este juntó consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y vino e hirió a Israel, y tomó la ciudad de las palmeras.

14 Y sirvieron los hijos de Israel a Eglón rey de los moabitas dieciocho años.

15 Y clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová les levantó un libertador, a Aod hijo de Gera, benjamita, el cual era zurdo. Y los hijos de Israel enviaron con él un presente a Eglón rey de Moab.

16 Y Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un codo de largo; y se lo ciñó debajo de sus vestidos a su lado derecho.

17 Y entregó el presente a Eglón rey de Moab; y era Eglón hombre muy grueso.

18 Y luego que hubo entregado el presente, despidió a la gente que lo había traído.

19 Mas él se volvió desde los ídolos que están en Gilgal, y dijo: Rey, una palabra secreta tengo que decirte. El entonces dijo: Calla. Y salieron de delante de él todos los que con él estaban.

20 Y se le acercó Aod, estando él sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. El entonces se levantó de la silla.

21 Entonces alargó Aod su mano izquierda, y tomó el puñal de su lado derecho, y se lo metió por el vientre,

22 de tal manera que la empuñadura entró también tras la hoja, y la gordura cubrió la hoja, porque no sacó el puñal de su vientre; y salió el estiércol.

23 Y salió Aod al corredor, y cerró tras sí las puertas de la sala y las aseguró con el cerrojo.

24 Cuando él hubo salido, vinieron los siervos del rey, los cuales viendo las puertas de la sala cerradas, dijeron: Sin duda él cubre sus pies en la sala de verano.

25 Y habiendo esperado hasta estar confusos, porque él no abría las puertas de la sala, tomaron la llave y abrieron; y he aquí su señor caído en tierra, muerto.

26 Mas entre tanto que ellos se detuvieron, Aod escapó, y pasando los ídolos, se puso a salvo en Seirat.

27 Y cuando había entrado, tocó el cuerno en el monte de Efraín, y los hijos de Israel descendieron con él del monte, y él iba delante de ellos.

28 Entonces él les dijo: Seguidme, porque Jehová ha entregado a vuestros enemigos los moabitas en vuestras manos. Y descendieron en pos de él, y tomaron los vados del Jordán a Moab, y no dejaron pasar a ninguno.

29 Y en aquel tiempo mataron de los moabitas como diez mil hombres, todos valientes y todos hombres de guerra; no escapó ninguno.

30 Así fue subyugado Moab aquel día bajo la mano de Israel; y reposó la tierra ochenta años.

31 Después de él fue Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó a Israel.

  X


1 Ahora bien, estas son las naciones que Jehová dejó que se quedaran para probar a Israel mediante ellas, es decir, a cuantos no habían tenido la experiencia de pasar por ninguna de las guerras de Canaán;

2 fue solamente para que las generaciones de los hijos de Israel tuvieran la experiencia, para enseñarles la guerra, es decir, solo a aquellos que antes de eso no habían experimentado tales cosas:

3 Los cinco señores del eje de los filisteos, y todos los cananeos, hasta los sidonios y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta llegar al punto de entrada de Hamat.

4 Y siguieron sirviendo como agentes para probar a Israel, para saber si obedecerían los mandamientos de Jehová que él había mandado a sus padres por medio de Moisés.

5 Y los hijos de Israel moraron en medio de los cananeos, los hititas y los amorreos y los perizitas y los heveos y los jebuseos.

6 Y procedieron a tomar a las hijas de estos por esposas para sí, y dieron sus propias hijas a los hijos de ellos, y se pusieron a servir a sus dioses.

7 De modo que los hijos de Israel hicieron lo que era malo a los ojos de Jehová, y fueron olvidándose de Jehová su Dios y se pusieron a servir a los Baales y a los postes sagrados.

8 Ante esto, la cólera de Jehová se encendió contra Israel, de modo que los vendió en mano de Cusán-risataim el rey de Mesopotamia; y los hijos de Israel continuaron sirviendo a Cusán-risataim ocho años.

9 Y los hijos de Israel empezaron a clamar a Jehová por socorro. Entonces Jehová levantó un salvador a los hijos de Israel, para que los salvara, a Otniel hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb.

10 El espíritu de Jehová entonces vino sobre él, y llegó a ser el juez de Israel. Cuando salió a la batalla, entonces Jehová dio en su mano a Cusán-risataim el rey de Siria, de modo que su mano subyugó a Cusán-risataim.

11 Después de eso la tierra no tuvo disturbio por cuarenta años. Con el tiempo murió Otniel hijo de Quenaz.

12 Y de nuevo los hijos de Israel se pusieron a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová. Ante eso, Jehová dejó que Eglón el rey de Moab se hiciera fuerte contra Israel, porque hicieron lo que era malo a los ojos de Jehová.

13 Además, reunió contra ellos a los hijos de Ammón y Amaleq. Entonces ellos fueron e hirieron a Israel y tomaron posesión de la ciudad de las palmeras.

14 Y los hijos de Israel continuaron sirviendo a Eglón el rey de Moab dieciocho años.

15 Y los hijos de Israel empezaron a clamar a Jehová por socorro. De modo que Jehová les levantó un salvador, a Ehúd hijo de Guerá, benjamita, hombre zurdo. Con el tiempo los hijos de Israel enviaron tributo por mano de él a Eglón el rey de Moab.

16 Entretanto Ehúd se hizo una espada, y esta tenía dos filos, y su longitud era de un codo. Entonces él se la ciñó debajo de su prenda de vestir, sobre el muslo derecho.

17 Y procedió a presentar el tributo a Eglón el rey de Moab. Ahora bien, Eglón era un hombre muy gordo.

18 Y aconteció que, cuando [Ehúd] hubo acabado de presentar el tributo, en seguida despidió a la gente, a los portadores del tributo.

19 Y él mismo se volvió desde las canteras que había en Guilgal, y procedió a decir: “Tengo una palabra secreta para ti, oh rey”. Así que él dijo: “¡Guarda silencio!”. Con eso todos los que estaban de pie junto a él salieron de donde él estaba.

20 Y Ehúd vino a él mientras este estaba sentado en su cámara fresca del techo que tenía para sí solo. Y Ehúd pasó a decir: “Una palabra de Dios tengo para ti”. Ante eso, él se levantó de su trono.

21 Entonces Ehúd metió su mano izquierda y tomó la espada de sobre su muslo derecho y se la hundió en el vientre [a Eglón].

22 Y el mango también siguió entrando tras la hoja, de modo que la gordura se cerró sobre la hoja, porque él no le sacó la espada del vientre, y la materia fecal empezó a salir.

23 Y Ehúd procedió a salir por el respiradero, pero cerró tras sí las puertas de la cámara del techo y les echó el cerrojo.

24 Y él mismo salió. Y vinieron los siervos de aquel y empezaron a mirar, y he aquí que las puertas de la cámara del techo estaban cerradas con cerrojo. De modo que dijeron: “Es que está haciendo del cuerpo en el cuarto fresco de adentro”.

25 Y se quedaron esperando hasta que les dio vergüenza, y, ¡mire!, nadie abría las puertas de la cámara del techo. Ante esto, tomaron la llave y las abrieron, y, ¡mire!, ¡su señor estaba caído en tierra, muerto!

26 En cuanto a Ehúd, escapó mientras ellos estaban demorándose, y él mismo pasó por las canteras y logró escapar a Seirá.

27 Y aconteció que cuando llegó allá se puso a tocar el cuerno en la región montañosa de Efraín; y los hijos de Israel empezaron a descender con él de la región montañosa, con él a la cabeza de ellos.

28 Entonces les dijo: “Síganme, porque Jehová ha dado a sus enemigos, los moabitas, en mano de ustedes”. Y se pusieron a seguirlo, y lograron tomar los vados del Jordán contra los moabitas, y no permitieron que nadie pasara.

29 Y en aquella ocasión se pusieron a derribar a Moab, como a diez mil hombres, cada uno robusto y cada uno hombre valiente; y ni siquiera uno escapó.

30 Y Moab quedó sojuzgado aquel día bajo la mano de Israel; y la tierra no tuvo más disturbio por ochenta años.

31 Y después de él resultó que estuvo Samgar hijo de Anat, y él se puso a derribar a los filisteos, a seiscientos hombres, con una aguijada de ganado vacuno; y él también logró salvar a Israel.