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La Palabra de Dios preservada y viva

NUMEROS 14 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche.

2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!

3 ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?

4 Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.

5 Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel.

6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos,

7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena.

8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.

9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.

10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel,

11 y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?

12 Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos.

13 Pero Moisés respondió a Jehová: Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu poder;

14 y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego;

15 y que has hecho morir a este pueblo como a un solo hombre; y las gentes que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo:

16 Por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo en la tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto.

17 Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo:

18 Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos.

19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.

20 Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho.

21 Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra,

22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz,

23 no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá.

24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.

25 Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el valle; volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar Rojo.

26 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:

27 ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan?

28 Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros.

29 En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí.

30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.

31 Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis.

32 En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto.

33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto.

34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.

35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.

36 Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país,

37 aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová.

38 Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.

39 Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho.

40 Y se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado.

41 Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien.

42 No subáis, porque Jehová no está en medio de vosotros, no seáis heridos delante de vuestros enemigos.

43 Porque el amalecita y el cananeo están allí delante de vosotros, y caeréis a espada; pues por cuanto os habéis negado a seguir a Jehová, por eso no estará Jehová con vosotros.

44 Sin embargo, se obstinaron en subir a la cima del monte; pero el arca del pacto de Jehová, y Moisés, no se apartaron de en medio del campamento.

45 Y descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en aquel monte, y los hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.

  X


1 Entonces toda la asamblea alzó la voz, y el pueblo siguió dando salida a su voz y llorando durante toda aquella noche.

2 Y todos los hijos de Israel empezaron a murmurar contra Moisés y Aarón, y toda la asamblea empezó a decir contra ellos: “¡Si siquiera hubiéramos muerto en la tierra de Egipto, o si siquiera hubiéramos muerto en este desierto!

3 ¿Y por qué está Jehová llevándonos a esta tierra para caer a espada? Nuestras esposas y nuestros pequeñuelos llegarán a ser botín. ¿No es mejor volvernos a Egipto?”.

4 Hasta se pusieron a decir unos a otros: “¡Nombremos un cabeza, y volvámonos a Egipto!”.

5 Ante esto, Moisés y Aarón cayeron sobre sus rostros delante de toda la congregación de la asamblea de los hijos de Israel.

6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefuné, que eran de aquellos que espiaron la tierra, rasgaron sus prendas de vestir,

7 y procedieron a decir esto a toda la asamblea de los hijos de Israel: “La tierra por la que pasamos para espiarla es una tierra muy, muy buena.

8 Si Jehová se ha deleitado en nosotros, entonces ciertamente nos introducirá en esta tierra y nos la dará, tierra que mana leche y miel.

9 Solo que contra Jehová no se rebelen; y ustedes, no teman a la gente de la tierra, porque son pan para nosotros. Su amparo se ha apartado de sobre ellos, y Jehová está con nosotros. No los teman”.

10 Sin embargo, toda la asamblea habló de lapidarlos. Y la gloria de Jehová se apareció sobre la tienda de reunión a todos los hijos de Israel.

11 Por fin Jehová dijo a Moisés: “¿Hasta cuándo me tratará sin respeto este pueblo, y hasta cuándo no pondrán fe en mí por todas las señales que he ejecutado en medio de ellos?

12 Déjame herirlos con peste y expulsarlos, y déjame hacer de ti una nación más grande y más poderosa que ellos”.

13 Pero Moisés dijo a Jehová: “Entonces los egipcios de seguro oirán que tú por tu poder has hecho salir de en medio de ellos a este pueblo.

14 Y ellos de seguro lo dirán a los habitantes de esta tierra. Ellos han oído que tú eres Jehová en medio de este pueblo, el que se ha aparecido cara a cara. Tú eres Jehová, y tu nube está parada sobre ellos, y tú vas delante de ellos en la columna de nube de día y en la columna de fuego de noche.

15 Si tú dieras muerte a este pueblo como a un solo hombre, entonces las naciones que han oído de tu fama ciertamente dirían esto:

16 ‘Porque Jehová no pudo introducir a este pueblo en la tierra acerca de la cual les juró, procedió a darlos a la matanza en el desierto’.

17 Y ahora, por favor, engrandézcase tu poder, oh Jehová, tal como has hablado, diciendo:

18 ‘Jehová, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa, que perdona error y transgresión, pero de ninguna manera dará exención de castigo, que hace venir el castigo por el error de los padres sobre los hijos, sobre la tercera generación y sobre la cuarta generación’.

19 Perdona, por favor, el error de este pueblo de acuerdo con la grandeza de tu bondad amorosa, y tal como has perdonado a este pueblo desde Egipto en adelante hasta ahora”.

20 Entonces Jehová dijo: “De veras perdono conforme a tu palabra.

21 Y, por otra parte, tan ciertamente como que yo vivo, toda la tierra se llenará de la gloria de Jehová.

22 Pero todos los hombres que han estado viendo mi gloria y mis señales que he ejecutado en Egipto y en el desierto, y, no obstante, han seguido poniéndome a prueba estas diez veces, y no han escuchado mi voz,

23 nunca verán la tierra acerca de la cual juré a sus padres, sí, ninguno de los que me tratan sin respeto la verán.

24 En cuanto a mi siervo Caleb, porque un espíritu diferente ha resultado estar con él y siguió yendo íntegramente en pos de mí, ciertamente lo introduciré en la tierra adonde ha ido, y su prole tomará posesión de ella.

25 Mientras los amalequitas y los cananeos estén morando en la llanura baja, ustedes den la vuelta mañana y partan para marchar al desierto por vía del mar Rojo”.

26 Y Jehová siguió hablando a Moisés y Aarón, y dijo:

27 “¿Hasta cuándo tendrá esta mala asamblea esta murmuración que está llevando a cabo contra mí? He oído las murmuraciones de los hijos de Israel que están murmurando contra mí.

28 Diles: ‘“¡Tan ciertamente como que yo vivo —es la expresión de Jehová—, si no les haré a ustedes justamente como han hablado a mis oídos!

29 En este desierto caerán sus cadáveres, sí, todos los inscritos de ustedes de su número total de veinte años de edad para arriba, ustedes los que han murmurado contra mí.

30 En cuanto a ustedes, no entrarán en la tierra en la que alcé la mano [en juramento] para residir con ustedes, salvo Caleb hijo de Jefuné y Josué hijo de Nun.

31 ”’”Y a los pequeñuelos de ustedes, que ustedes dijeron que llegarían a ser botín, a estos también ciertamente introduciré, y ellos verdaderamente conocerán la tierra que ustedes han rechazado.

32 Pero los cadáveres de ustedes mismos caerán en este desierto.

33 Y sus hijos llegarán a ser pastores en el desierto cuarenta años, y tendrán que responder por los actos de fornicación de ustedes, hasta que los cadáveres de ustedes se acaben en el desierto.

34 Por el número de los días que ustedes espiaron la tierra, cuarenta días, un día por un año, un día por un año, ustedes responderán por sus errores cuarenta años, puesto que tienen que conocer lo que significa mi desapego.

35 ”’”Yo Jehová he hablado si no es esto lo que haré a toda esta mala asamblea, a los que se han reunido contra mí: En este desierto se acabarán, y allí morirán.

36 Y los hombres a quienes Moisés envió a espiar la tierra y que, al volver, empezaron a hacer murmurar a la entera asamblea contra él, presentando un informe malo contra la tierra,

37 sí, los hombres que presentaron el informe malo acerca de la tierra morirán por el azote delante de Jehová.

38 Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefuné ciertamente seguirán viviendo, de aquellos hombres que fueron a espiar la tierra”’”.

39 Cuando Moisés procedió a hablar estas palabras a todos los hijos de Israel, entonces el pueblo se dio al duelo en gran manera.

40 Además, se levantaron muy de mañana y trataron de subir hasta la cima de la montaña, diciendo: “Aquí estamos, y tenemos que subir al lugar que Jehová mencionó. Pues hemos pecado”.

41 Pero Moisés dijo: “¿Por qué están pasando más allá de la orden de Jehová? Pero eso no tendrá éxito.

42 No suban, porque Jehová no está en medio de ustedes; para que no sean derrotados delante de sus enemigos.

43 Porque los amalequitas y los cananeos están allí delante de ustedes; y con certeza ustedes caerán a espada, porque, a causa de que se han vuelto de seguir a Jehová, Jehová no continuará con ustedes”.

44 Sin embargo, ellos se atrevieron a subir a la cima de la montaña, pero el arca del pacto de Jehová y Moisés no se movieron de en medio del campamento.

45 Entonces los amalequitas y los cananeos que estaban morando en aquella montaña vinieron bajando y se pusieron a herirlos, y fueron esparciéndolos hasta Hormá.