1 Así dice el Señor a Ciro, su ungido, a quien tomó de la mano derecha
2 «Marcharé al frente de ti, y allanaré las montañas;
3 Te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas guardadas en lugares secretos,
4 Por causa de Jacob mi siervo, de Israel mi escogido,
5 Yo soy el Señor, y no hay otro; fuera de mí no hay ningún Dios.
6 para que sepan de oriente a occidente que no hay ningún otro fuera de mí.
7 Yo formo la luz y creo las tinieblas, traigo bienestar y creo calamidad;
8 »¡Destilen, cielos, desde lo alto! ¡Nubes, hagan llover justicia!
9 ¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡Ay del que no es más que un tiesto
10 ¡Ay del que le reprocha a su padre: «¡Mira lo que has engendrado!»!
11 Así dice el Señor, el Santo de Israel, su artífice:
12 Yo hice la tierra, y sobre ella formé a la humanidad.
13 Levantaré a Ciro en justicia; allanaré todos sus caminos.
14 Así dice el Señor: «Los productos de Egipto y la mercancía de Cus
15 Tú, Dios y Salvador de Israel, eres un Dios que se oculta.
16 Todos los que hacen ídolos serán avergonzados y humillados,
17 Pero Israel será salvada por el Señor con salvación eterna;
18 Porque así dice el Señor, el que creó los cielos;
19 Desde ningún lugar de esta tierra tenebrosa les he hablado en secreto.
20 »Reúnanse, fugitivos de las naciones; congréguense y vengan.
21 Declaren y presenten sus pruebas, deliberen juntos.
22 »Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra,
23 He jurado por mí mismo, con integridad he pronunciado
24 Ellos dirán de mí: “Solo en el Señor están la justicia y el poder”».
25 Pero toda la descendencia de Israel será vindicada y exaltada en el Señor.