1 Así dice el Señor: «A la madre de ustedes, yo la repudié;
2 ¿Por qué no había nadie cuando vine? ¿Por qué nadie respondió cuando llamé?
3 A los cielos los revisto de tinieblas y los cubro de ceniza».
4 El Señor omnipotente me ha concedido tener una lengua instruida,
5 El Señor omnipotente me ha abierto los oídos, y no he sido rebelde ni me he vuelto atrás.
6 Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a los que me arrancaban la barba;
7 Por cuanto el Señor omnipotente me ayuda, no seré humillado.
8 Cercano está el que me justifica; ¿quién entonces contenderá conmigo?
9 ¡El Señor omnipotente es quien me ayuda! ¿Quién me condenará?
10 ¿Quién entre ustedes teme al Señor y obedece la voz de su siervo?
11 Pero ustedes que encienden fuegos y preparan antorchas encendidas,