1 «Tú, mujer estéril que nunca has dado a luz, ¡grita de alegría!
2 »Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada.
3 Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones,
4 »No temas, porque no serás avergonzada.
5 Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el Señor Todopoderoso.
6 El Señor te llamará como a esposa abandonada;
7 Te abandoné por un instante, pero con profunda compasión
8 Por un momento, en un arrebato de enojo, escondí mi rostro de ti;
9 »Para mí es como en los días de Noé, cuando juré que las aguas del diluvio
10 Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas,
11 »¡Mira tú, ciudad afligida, atormentada y sin consuelo!
12 Con rubíes construiré tus almenas, con joyas brillantes tus puertas,
13 El Señor mismo instruirá a todos tus hijos, y grande será su bienestar.
14 Serás establecida en justicia; lejos de ti estará la opresión,
15 Si alguien te ataca, no será de mi parte;
16 »Mira, yo he creado al herrero que aviva las brasas del fuego
17 No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada.