1 ¿Quién es este que viene de Edom, desde Bosra, vestido de púrpura?
2 ¿Por qué están rojos tus vestidos, como los del que pisa las uvas en el lagar?
3 «He pisado el lagar yo solo; ninguno de los pueblos estuvo conmigo.
4 ¡Ya tengo planeado el día de la venganza! ¡El año de mi redención ha llegado!
5 Miré, pero no hubo quien me ayudara, me asombró que nadie me diera apoyo.
6 En mi enojo pisoteé a los pueblos, y los embriagué con la copa de mi ira;
7 Recordaré el gran amor del Señor, y sus hechos dignos de alabanza,
8 Declaró: «Verdaderamente son mi pueblo, hijos que no me engañarán».
9 de todas sus angustias. Él mismo los salvó;
10 Pero ellos se rebelaron y afligieron a su santo Espíritu.
11 Su pueblo recordó los tiempos pasados, los tiempos de Moisés:
12 el que hizo que su glorioso brazo marchara a la derecha de Moisés,
13 ¿Dónde está el que los guió a través del mar, como a caballo en el desierto,
14 El Espíritu del Señor les dio descanso, como a ganado que pasta en la llanura.
15 Mira bien desde el cielo; observa desde tu morada santa y gloriosa.
16 Pero tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos conozca
17 ¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos, y endureces nuestro corazón
18 Tu pueblo poseyó por un tiempo tu santuario, pero ahora lo han pisoteado nuestros enemigos.
19 Estamos como si nunca nos hubieras gobernado, como si nunca hubiéramos llevado tu nombre.