1 Escuchen lo que dice el Señor: «Levántate, presenta tu caso ante las montañas;
2 Escuchen, montañas, la querella del Señor; presten atención, firmes cimientos de la tierra;
3 «Pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¡Dime en qué te he ofendido!
4 Yo fui quien te sacó de Egipto, quien te libró de esa tierra de esclavitud.
5 Recuerda, pueblo mío, lo que tramaba Balac, rey de Moab,
6 ¿Cómo podré acercarme al Señor y postrarme ante el Dios Altísimo?
7 ¿Se complacerá el Señor con miles de carneros, o con diez mil arroyos de aceite?
8 ¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor:
9 Tribu y asamblea de la ciudad, escuchen la voz del Señor, que los convoca,
10 «¡Malvados! ¿Debo tolerar sus tesoros mal habidos,
11 ¿Debo tener por justas la balanza falsa y la bolsa de pesas alteradas?
12 Los ricos de la ciudad son gente violenta; sus habitantes son gente mentirosa;
13 Por lo que a mí toca, te demoleré a golpes, te destruiré por tus pecados.
14 Comerás, pero no te saciarás, sino que seguirás padeciendo hambre.
15 Lo que siembres no lo cosecharás, ni usarás el aceite de las aceitunas que exprimas,
16 Tú sigues fielmente los decretos de Omrí y todas las prácticas de la dinastía de Acab;