1 Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia.
2 El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida; lo hará dichoso en la tierra
3 El Señor lo confortará cuando esté enfermo; lo alentará en el lecho del dolor.
4 Yo he dicho: «Señor, compadécete de mí;
5 Con saña dicen de mí mis enemigos: «¿Cuándo se morirá?
6 Si vienen a verme, no son sinceros; recogen calumnias y salen a contarlas.
7 Mis enemigos se juntan y cuchichean contra mí; me hacen responsable de mi mal. Dicen:
8 «Lo que le ha sobrevenido es cosa del demonio; de esa cama no volverá a levantarse».
9 Hasta mi mejor amigo, en quien yo confiaba y que compartía el pan conmigo,
10 Pero tú, Señor, compadécete de mí; haz que vuelva a levantarme
11 En esto sabré que te he agradado: en que mi enemigo no triunfe sobre mí.
12 Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendrás para siempre.
13 Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, por los siglos de los siglos.