1 Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser.
2 Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?
3 Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, mientras me echan en cara a todas horas:
4 Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud,
5 ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar?
6 Me siento sumamente angustiado; por eso, mi Dios, pienso en ti
7 Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas;
8 Esta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor,
9 Y le digo a Dios, a mi Roca: «¿Por qué me has olvidado?
10 Mortal agonía me penetra hasta los huesos ante la burla de mis adversarios,
11 ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar?