“ Entonces el rey se perturbó y subió a la cámara del techo sobre el paso de entrada y se puso a llorar; y esto decía al andar: “¡Hijo mío, Absalón, hijo mío, hijo mío, Absalón! ¡Oh, que yo pudiera haber muerto, yo mismo, en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)