“ Con el tiempo él dijo a su madre: “Las mil cien piezas de plata que te fueron quitadas y acerca de las cuales pronunciaste una maldición y también lo dijiste a mis oídos... ¡mira!, la plata está conmigo. Yo fui quien la tomó”. Ante esto, su madre dijo: “Bendito sea mi hijo de Jehová”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)